“Confío plenamente en la justicia, la mentira solo llega hasta donde se encuentra con la verdad”. El actual presidente de la Federación Gallega de Kickboxing, Cipriano Gomes, prestó ayer declaración en calidad de investigado en el juzgado de Instrucción 2 de Ourense, en el marco de unas diligencias previas resultado de una acción de la Fiscalía tras la recepción, en febrero, de un escrito de denuncia de unas 15 personas de una parte del colectivo arbitral, dentro de un contexto de discrepancias internas en la federación, por presuntos delitos de coacciones y de falsedad documental, que Gomes niega.

“Di las explicaciones, colaboré y puse de manifiesto la realidad, aportando pruebas y documentación. Sé que esto no va a tener más repercusión que este impacto. Lo que procuran es dañar mi imagen. El año que viene es electoral para las federaciones gallegas y posiblemente me postule. Es muy triste que con una falsedad seamos noticia, cuando la Federación Gallega de Kickboxing creció un 23% en clubs, licencias y resultados federativos en el último año. Conseguimos ser los primeros en el campeonato de España de selecciones, lo que jamás se había conseguido. Pretenden opacar mi gestión y buscan intereses electorales. Qué casualidad que la persona que denuncia está detrás de 29 denuncias que hubo contra la dirección de la actual federación. Todas fueron archivadas y, las que no, están pendientes de resolución”.

“Esto causa daño, ¿quién me resarce de esta imagen? No es justo”

La defensa, ejercida por Lourdes Cacharrón, ve “fines espurios” en la denuncia. “Cuando se propone como candidato a la presidencia es cuando van a por él”, señala a este diario.

Tras una acción previa con expedientes en el comité gallego que, según Gomes, se saldaron con el archivo, el siguiente paso de los discrepantes fue la vía penal. “La intención que persiguen es generar una mala imagen y manchar a una persona conocida”, afea la letrada.

Se averigua en esta causa la supuesta falsificación de un acta. Gomes, que entonces era director técnico, no el presidente, afirma que solo uno de los denunciantes cuestiona, “sin pruebas”, la autoría de la firma. El investigado también niega coacción alguna. “Esto causa daño, ¿quién me resarce de esta imagen? No es justo”, lamenta.