El 6 de agosto del año 2019, alrededor de las dos de la madrugada, una mujer pasó junto a tres individuos para ir al baño en el karaoke Rías Baixas y estos, “con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales”, según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, le dieron una palmada en el glúteo y se rieron de ella cuando se mostró molesta con la situación.

Un agente de policía –que se encontraba allí, fuera de servicio y con unos amigos– se dirigió hacia los encausados identificándose como policía y les pidió que dejaran de molestar a la mujer.

Pasados unos minutos, cuando volvían de fumar en el exterior del local, se dirigieron hacia el agente y comenzaron a increparlo con frases como “no te tenemos miedo porque seas policía” o “no te parto la cara porque no quiero”.

El Ministerio Fiscal entiende que hubo una clara intención de atentar contra el principio de autoridad que representan los agentes y que, con la idea de causarle daño, uno de los condenados lo tiró al suelo y le pegó un puñetazo.

Acto seguido, los otros dos acompañantes se unieron y le propinaron varias patadas y puñetazos. Cuando pudo, el policía fue al baño y se lavó las heridas, pero al salir volvieron a tirarlo al suelo y tuvo que ser una patrulla de la policía, a la que llamaron los propietarios del establecimiento, la que los separó y los identificó. El agente agredido tuvo que ser atendido por personal sanitario.

Tras confesarse los autores del delito en el juzgado de Penal 1 de Ourense, uno de ellos fue condenado a un año y medio de cárcel y otro a seis meses de prisión. Ambos deberán pagar una multa de 720 euros cada uno.

Sobre el tercer acusado se retiraron todos los cargos.