Buen tiempo, hermandad entre parroquias, gorra, ganas de hacer deporte y disfrutar de la naturaleza. Con esas premisas arrancaron los vecinos de Santa Mariña y de As Curuxeiras, del municipio de Ourense, su undécima andaina, de forma ininterrumpida, desde el campo de la fiesta de Santa Mariña. “Nosotros ya tenemos la lección aprendida de convivir con el virus, cumplimos todas las medidas de protección y prevención, ni la pandemia puede con nuestras actividades”, señalan desde la Asociación Vecinal de As Curuxeiras.

En total, 84 participantes cubrieron dos rutas, una de 16 kilómetros y otra de 10, para terminar con una convivencia gastronómica donde se habló un poco de todo.

“Hizo un día precioso, una alta participación y llegamos todos, unos más tarde otros más tempranos pero llegamos todos”, dicen los representantes de los vecinos de ambas parroquias.

Sin ganas de meterse en casa, con la mascarilla puesta en todo momento y con una estricta responsabilidad, hicieron como si no existiera el virus por unas horas. Llevan once años organizándola y afirman que “el año pasado hubo menos gente, pero este año, hubo más gente porque la mayoría de personas ya tienen al menos una dosis, ya están vacunados y eso se nota, la gente tiene ganas de salir de disfrutar un poco después de un año tan difícil”. La normalidad todavía no ha regresado por completo y el coronavirus está presente, pero los vecinos de Santa Mariña y As Curuxeiras aprendieron a convivir con el virus, en un año en el que organización fiestas, no multitudinarias, pero no perdieron el espíritu que está arraigado en el perímetro más rural de la capital. Además de los vecinos, también se unieron representantes políticos como Pepe Araújo (Ciudadanos) o Noelia Pérez y Flora Moure (PP) que estuvieron acompañando a los vecinos. Un año más, y ya son once, con una andaina que marca la luz al final del túnel: “Ahora a esperar a segundas dosis e que se acabe esto”.