A los pocos días de la puesta en marcha de la nueva estación de autobuses de Ourense, en la futura intermodal, un viajero se olvidó una maleta con ropa. Todavía está en la oficina de los objetos perdidos de la Policía Local de Ourense, que el año pasado recibió 800 efectos extraviados –440 se entregaron a sus dueños– y, desde enero de 2021 hasta la fecha, 200.

Carteras, móviles, dinero, gafas, bolsos, documentos, mochilas, relojes y hasta bicicletas, audífonos, ordenadores, cámaras de fotos, un transportín animal o una silla de ruedas aguardan en la sede policial a que sus propietarios reclamen. Se devuelven entre un 60 y 70% de las cosas que se extravían –o más bien, que son sustraídas por terceros– y llegan a la Policía Local.

Las termas –gafas o relojes–, el casco histórico –carteras y documentación– y el bus urbano –desde libros a paraguas–, donde más pertenencias se pierden.

La ley obliga a entregar la propiedad ajena –lo contrario es una apropiación indebida– y en ocasiones, esa clase de comportamientos cívicos obtiene la recompensa del karma. El año pasado, la Policía Local adjudicó 2.000 euros a la persona que, en 2018, encontró un sobre con 2.000 euros y decidió entregarlo al cuerpo de seguridad local. El dueño no llegó a ser localizado ni se formuló denuncia.

El efecto que menos se recupera es el teléfono móvil, en un 70% de los casos, y el que más, la cartera, un 75%, además de documentación. El año pasado se realizaron tres entregas de dinero a sus dueños, de 80, 230 y 1.140 euros. La Policía Local reconoce que “algunos objetos permanecen en nuestras dependencias más tiempo del que quisiéramos”.

El deber de custodia es de dos años, y después teléfonos o llaves se destruyen, aunque en ocasiones el cuerpo aguarda algo más. “Hacemos un llamamiento a los ciudadanos que han perdido algún objeto, en la ciudad, para que consulten la página web del Concello en la siguiente dirección: https://www.ourense.gal/gl/areas/seguridade-cidada/obxectos-perdidos, o bien vengan por las dependencias de la Policía Local, entre las 9 y 14 horas preferentemente, para reconocer aquellos objetos que han podido perder”, indica el cuerpo de seguridad local.

El policía Juan Carlos Iglesias controla los objetos perdidos. // BRAIS LORENZO

Juan Carlos Iglesias es el agente que, desde hace más de un año, se ocupa del registro y entrega de los objetos perdidos, tras hacer comprobaciones para tratar de acreditar que quien reclama un efecto es el legítimo propietario. Igual que hay buenos ciudadanos que entregan lo que no es suyo, dinero incluido –en ocasiones, el propietario ofrece una recompensa, agradecido–, también hay otros menos ejemplares. “A principios de año nos trajeron una mochila con 250 euros; la gente en general sí responde. También hay carteras que nos entregan sin dinero y que luego el propietario decía que sí tenían”.

Hay descuidos u olvidos como causas, pero en la mayoría de casos la desaparición se debe a un robo o un hurto, tras el que el autor se deshace de lo que no le interesa, como llaves, documentos o carteras y bolsos de poco valor

Como en otros ámbitos sale a relucir todo tipo de condición humana. Hay quienes se presentan dando la mera referencia que leyeron en la página web del Concello por si suena la flauta. Por eso no se publican fotos que den demasiados detalles. Para retirar los objetos es necesario presentar el DNI o el pasaporte y facilitar una descripción exacta del artículo, el lugar y la fecha aproximada del extravío. Si se trata de una cartera o una mochila, no basta con indicar la referencia exterior, sino qué contiene.

Carteras, mochilas y móviles entre los objetos extraviados que custodia la Policía Local. // BRAIS LORENZO

Iglesias examina cada objeto y verifica que la información que da quien reclama acredite su propiedad. “Lo habitual es sobre todo que nos entreguen carteras con documentación. En cuanto a los móviles, si están desbloqueados se accede a la agenda para contactar con alguien. Hay quien intenta llamar a su teléfono tras el extravío, pero aunque yo los cargo, como hay que introducir el pin es imposible contactar. El que viene a por él debe saber desbloquearlo”, relata.

Otro de los efectos que guarda la Policía Local. // BRAIS LORENZO

Hay descuidos u olvidos como causas, pero en la mayoría de casos la desaparición se debe a un robo o un hurto, tras el que el autor se deshace de lo que no le interesa, como llaves, documentos o carteras y bolsos de poco valor. “La gente suele preguntar por los objetos perdidos a los 2 o 3 meses siguientes del hecho, aunque hay casos raros de carteras que aparecen un año después”. Las termas –gafas o relojes–, el casco histórico –carteras y documentación– y el bus urbano –desde libros a paraguas–, donde más pertenencias se pierden.