Un hombre acusado de abusar sexualmente de su sobrina, menor de edad, negó ayer los hechos en el juicio que se celebró en la Audiencia Provincial a puerta cerrada. La Fiscalía mantuvo la acusación y una petición de pena de 10 años y un día de prisión. La defensa, en cambio, solicitó la libre absolución reiterando que el relato que hizo la menor “nunca pasó”. Alega una posible motivación económica tras la denuncia al ser el acusado el único miembro de la familia que trabajaba en aquel momento.

Los hechos ocurrieron el 24 de diciembre de 2019, cuando el acusado, aprovechando que su sobrina menor de edad se iba a acostar y que dormían ambos en habitaciones contiguas en el domicilio de los padres de la menor, “se introdujo con ella en su habitación, se acostó a su lado y comenzó a tocarla en todo su cuerpo, para a continuación desnudarla, bajarse él los pantalones”. En un momento dado supuestamente se ausentó para ir a su habitación a buscar un preservativo, de nuevo en su cama completó la acción “sin que la menor opusiera resistencia por la vergüenza que le daba lo que estaba ocurriendo o por el temor que tenía a su tío”, recoge la Fiscalía en su escrito de conclusiones que ayer elevó a definitivas.

El ministerio público sostiene que los hechos son constitutivos de un delito de abuso sexual y pide, además de la pena de prisión de 10 años, que se imponga al acusado la medida de libertad vigilada durante cinco años, así como la prohibición de acercarse a su sobrina o a menos de 300 metros de su domicilio, colegio, lugar de trabajo o cualquier punto en el que esta se encuentre durante un plazo de diez años.

La denuncia la interpuso la madre de la menor y cuñada del acusado una semana después de lo sucedido. En la vista oral, la defensa negó el supuesto abuso y afirmó que había una “buena relación” entre ellos, que eran “confidentes” pero que el relato ofrecido por la menor “nunca pasó”. Además, solicitó la declaración de un forense exponiendo que “la menor se negó a ser explorada”. El motivo de la denuncia, alegó la defensa, fue económico ya que “el acusado era el único miembro de la unidad familiar que trabajaba”.