En una provincia como la de Ourense con fuerte peso del sector terciario y en el que el pequeño comercio local pasó de ser el pan y la sal de la economía de la ciudad a perder en 2020 cerca de 300 autónomos, la mayoría de los comerciantes son más que nunca las resistencia, los que están en establecimientos sin escaparates a la calle sino “al fondo de la galería”, el más difícil de todavía.
En el Ourense de hace una década llegó a haber más de una treintena de galerías, algunas pequeñas en barrios, ya clausuradas y que sumaban algo más de 900 comicios. A negocios como el gimnasio de Itamar, al fondo de galerías Viacambre, o de Sara Nóvoa, una histórica de galerías Proyflem con su tienda de moda vaquera, se llega, después de recoger un buen tramo de pasillos con muchos locales vacíos. En algunas el número de locales en venta o alquiler roza el 80%. Ahora alzan su voz para pedir esos programa de dinamización social y cultural que nunca llegan.
Julio Gutiérrez es el presidente de centro comercial Proyflem la primera de las grandes galerías comerciales de Ourense. Su negocio de peluquería y estética París Difussion seguía a pleno rendimiento este sábado “porque son más de 40 años en el sector y tengo otros locales en otras calles”, afirma.
Está también “al fondo de la galería”, esa especie de juego de equilibrio que se lo pone aún más difícil al pequeño comercio, y preside unas galerías “que tienen unos 100 locales, muchos cerrados, y con planes de dinamización para niños en Navidad y otras fechas que realizamos nosotros mismos, no hay otros apoyos”.
Proyflem no es solo uno de los proyectos de galerías más antiguo, sino de los mejor ubicados la ciudad, con entrada por Progreso y Doctor Fléming y nudo entre el centro de la ciudad y barrios populosos como el de O Couto, pero el cliente, dicen los inmobilarios, pese a precios a veces hasta cinco veces más baratos por locales en galería busca primero un negocio con escaparate a la calle.
Ubicación privilegiada
Es una ubicación privilegiada también como Galerías Viacambre, que conecta dos calles principales de comercio ourensano como Paseo y Santo Domingo, y también “al fondo de la galería”, con varios locales vacíos a su alrededor, está Viacambre Fittness, el gimnasio d Itamar Roberto, un emprendedor preocupado porque “seguimos adelante, pero esta pandemia nos lo ha puesto aún más difícil, por las restricciones, y nos obliga a luchar día a día para continuar”.
Él también considera que “un plan para dinamizar estas galerías, con programas de ocio, y más para los niños que en invierno y con el COVID no tenían dónde ir, sería ideal para ellos y animaría la apertura de nuevos negocios ahora vacíos”, señala.
Sara Nóvoa es una histórica de Galerías Proyflem donde lleva desde 1975 su tienda Sindián, de ropa vaquera. Es optimista porque “hay muchos locales vacíos pero también acaban de vender dos al lado y la cafetería va bien. Lo que me da pena es no tener relevo para mi tienda cuando me jubile el próximo año, pues llevo vestido de moda vaquera a muchas generaciones de ourensanos” , apunta.
El último plan de rescate en firme del que se habló fue en el bipartito. Se dijo entonces que en la ciudad había más de 900 bajos comerciales en galerías, 400 de ellos vacíos. Algunas ya no existen. La penúltima propuesta era entonces, crear un convenio entre Concello y promotores para conseguir alquilar esos locales en la galerías en situación ventajosa. Ayudas para un cambio de “look”, e incluso programas culturales. Pero las promesas de los gobiernos locales se perdieron también al fondo de la galería.
“La gente busca tu local y vuelve si das buen trato profesional y personal”
Al fondo de las Galerías Parque está Natalia Estilista, que dirige Natalia Fernández. Se trata de las galerías más céntricas de la ciudad, pero a las que en los últimos años le han caído, sobre todo en la planta superior –la que desemboca en la calle Valle Inclán–, algunas bajas bajas de negocios. Solo algunos clásicos permanecen y mantienen clientela.
A Natalia Fernández no le faltan clientes, y su peluquería bullía este sábado .“No me quejo. Aunque tenga un local al fondo de la galería que no es visible, si trabajas y das un buen servicio profesional y un buen trato humano la gente te busca y vuelve” afirma en un mensaje de optimismo.
“La clase política siempre nos prometió planes que nunca llegaron”
Julio Gutiérrez no es solo uno de esos comerciantes con coraje, que, en su caso al frente de París Difussion, un referente del estilismo, no ha renunciado a su tienda matriz en Galerías Proyflem, cuya asociación de comerciantes preside en este momento. “Hubo muchas jubilaciones en los últimos años, y eso ocasionó cierres de negocios en general en la ciudad, pero aún así de los cien locales hay algo más del 40% en funcionamiento”, indica. Es de los que opina que “se podrían hacer muchas cosas, pero estamos acostumbrado a que la clase política en general pida primero, y luego prometa planes y proyectos, en este caso para las galerías, que no llegaron”.
"Podría dinamizar las galerías con programas de juego para niños"
Al fondo de la galería, en este caso de Galerías Viacambre, y en la planta que conecta con Santo Domingo, está el gimnasio Viacambre Fittness de Itamar Roberto, otro ejemplo de valentía comercial. “Aguantamos día a día, la situación. No contamos con apoyo específico alguno pese a que las administraciones ven cuantos negocios han cerrados en las galerías”. Opina que “en un año como este del COVID podrían hacer programas de juegos, talleres para niños con mucho espacio. Y ese movimiento animaría a abrir locales cerrados con otro tipo de ofertas” , afirma Itamar.
"Cuando abrió en 1975, Galerías Proyflem era el eje del comercio"
Al fondo de la galerías Proyflem sigue adelante Sindián desde 1975, la capital de la moda vaquera de varias generaciones de ourensanos. Sara Nóvoa reconoce que este negocio “pervive pese a estar al fondo de una de las plantas, porque seguimos teniendo clientes fijos, pero es una pena que no nos mimen más. Estas galerías fueron el eje del comercio en su momento y se podrían hacer muchas cosa para rescatarlas. En mi caso me incorporé a este negocio en 1976 y mi pena es que no vaya a haber relevo cuando me jubile”.
