Las primeras imágenes de la desescalada no son nada halagüeñas. La apertura de las restricciones impuestas por la Xunta de Galicia y el sol que imperaba por la tarde de ayer en la ciudad dejaron imágenes de aglomeraciones, concentraciones de pequeños grupos de gente y terrazas llenas ante una tarde de desescalada social.

Las autoridades sanitarias ya han mandado un mensaje de “sentidiño” de nuevo y también los hosteleros ourensanos que piden responsabilidad y buen comportamiento para que el alivio de las restricciones dure el mayor tiempo posible con el objetivo de trabajar “lo máximo que se pueda”.

A las 8.00, el primer desayuno en hostelería: "Ya había ganas"

En el primer día de apertura de la hostelería, se vieron personas quedando ya para desayunar a primera hora de la mañana. En el barrio de Peñarredonda, en Barrocanes, la Taberna del Pan fue testigo de reencuentros desde el primer amanecer: “Había ganas dicen dos comensales”.

Desde el Bar Montgre, Sebas no para de atender a la clientela que entra y la que pide para llevar. “Ya había ganas, ahora no lo estropeemos y volvamos a la situación de antes”. La fotografía del dueño del bar en el primer día de la desescalada ya se ha convertido en casi una tradición.

“Ya no recuerdo cuantas veces cerramos y cuantas abrimos, pero lo cierto es que ahora se respira un ambiente en el que la gente se la ve con ganas de salir y reencontrarse”. Nada más lejos de la realidad, en su terraza había una pareja que hacía tres semanas que no se veían.

Sebas, en el Bar Montgre, en la ciudad. //IÑAKI OSORIO

El comercio ya tenía un mayor horario de apertura desde la semana pasada, pero el sol y la hostelería aumentan el trasiego de personas por el centro de la ciudad y por los barrios. Sin embargo, por la calle Colón no hay mucho ambiente por las mañanas. Carlos Rodríguez, de A Bufarda, señala que “cuanta más gente pasa es por las tardes”. Admite que no ha perdido mucha facturación, aunque si que se ha notado un bajón importante por la falta de turismo y por los carnavales. Mientras habla saca un juguete de los más vendidos.

“Tuve que pedir más existencias, porque engancha”, advierte. El trato directo y personal ganan al cliente y eso se nota en la atención: “Hacemos encargos por whats app o por videoconferencia incluso, pero aquí viene la gente y dice lo que viene buscando y yo ya le enseño cosas. A veces acabo con el mostrador lleno de cosas, pero este trato es el que más le gusta al cliente”.

Carlos Rodríguez, de la juguetería A Bufarda. //IÑAKI OSORIO

Del comercio a la restauración. En una de las gasolineras del Polígono San Cibrao, por fin han dicho adiós al tupper y dieron la bienvenida al menú a mesa puesta. Floren, encargado del restaurante del Hotel San Cibrao, explica que “ya había ganas sí, sobre todo por nuestros clientes, porque han tenido semanas duras de comer con el tupper o pidiéndonos para comer y los hemos visto comer en el camión o en el coche. Pero bueno ahora, ya todo vuelve a la normalidad y pueden comer cómodos dentro del local”.

El hotel, a pesar de tener una gasolinera adyacente, y tener una actividad similar a un área de servicio permaneció con el interior cerrado, pero dando comidas. “No paramos durante estos días”, señala el encargado.

Varios comensales en el restaurante del Hotel San Cibrao en el polígono industrial. //IÑAKI OSORIO

Entre cumpleaños y partidos

La tarde empezaba organizaba en las instalaciones de Pádel Oira y también en otros recintos que tenían pistas de pádel. Los deportistas profesionales o amateurs no dudaron en empezar la desescalada con un poco de deporte y eligieron la pala para quemar un poco de calorías. Desde Pádel Oira dicen que “hay partidos toda la tarde ya y reservas para el fin de semana”. Las instalaciones al aire libre estaban abiertas, pero las interiores estaban cerradas y se estrenaron con afluencia.

Los que pospusieron el estreno fueron la mayoría de los gimnasios y centros deportivos de la ciudad que tomaron la decisión por la particularidad del calendario. Gonzalo Grande, de Seven Boutique Gym, explica que “abriremos el 1 de marzo, porque es viernes inicio de fin de semana y fin de mes, por lo que consideramos que es mejor abrir el lunes”. Lo mismo dice Daniel Montero del Gimnasio Marbel: “Abriremos el lunes”.

Dos parejas en un partido de pádel en Pádel Oira. // IÑAKI OSORIO

El sol alimentó la socialización a partir de las 17.00 de la tarde con las terrazas llenas de reencuentros entre personas que llevaban tiempo sin verse. Una de las mesas ocupadas en la Plaza Mayor celebraba un cumpleaños. Mejor día, imposible.

Además de todo el alivio de las restricciones, el más importante es el de la movilidad. 78 concellos ourensanos tienen toda la libertad para moverse por los municipios donde tengan la incidencia inferior a 250 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días. Solamente 11 concellos de la provincia tienen restringida la movilidad entre regiones con incidencias de entre 250 a 500 como son Punxín, Beade, A Merca, Celanova, Verea, Bande, Sandiás Taboadela, Espadañedo, Viana do Bolo y A Mezquita.

"El virus sigue ahí, no lo olvidemos"

El sol acompaña, la hostelería abre, los comercios aumentan sus potenciales clientes, los restaurantes ya tienen reservas y el deporte vuelve más completamente a partir del lunes. Las reuniones de personas no convivientes marcan un punto y aparte con ganas e ilusión por socializar, pero desde el Sergas mandan un mensaje de prudencia y advierten que “el virus sigue ahí, no lo olvidemos”.

La tercera ola llega a su fin y si esta normalidad se puede mantener es con la responsabilidad y el esfuerzo de todos. La Semana Santa, en el horizonte de todos.