Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José manuel fariñas darriba nn | Psicólogo en O Carballiño

“La secuela emocional del COVID se verá al final”

“En noviembre hubo una masificación de casos activos de estrés, ansiedad y depresión”

Jose Manuel Fariñas en su consulta en O Carballiño | // FDV

A estas alturas de la pandemia prácticamente nadie se escapa a los daños que el COVID está provocando en el bienestar físico y mental de las personas. Y ello es algo que están constatando en primera línea los médicos de atención primaria y los psicólogos. Entre éstos últimos está José Manuel Fariñas, que tiene su consulta en la villa de O Carballiño y es además director del “Centro Harmonía Terapia Integral” que tiene un equipo multidisciplinar.

–¿Empiezan a notarse las secuelas de tantos meses de pandemia entre la población carballiñesa?

–En verano no había nada llamativo pero ahora en esta época noto un incremento de casos ansioso depresivos. A lo mejor no el diagnóstico pero sí ya una sintomatología. Noto síntomas de ansiedad a nivel global de muchos pacientes que empiezan, incluso de pacientes que continúan en terapia desde hace tiempo, por desconocer cuándo se va acabar todo esto. La pandemia no solo acarrea una dificultad física, sino social también porque estamos incapacitados para socializar, y además la económica y laboral que está generando miedo, incertidumbre.

–¿Esa preocupación económica hace cambiar algunos comportamientos?

–Sí. Precisamente hablando con una dependienta de un supermercado, los propios productos varían. No es lo mismo que hace un año. Ahora se compran más marcas blancas. Yo creo que la gente teme no llegar a tener.

–¿En los adolescentes también hay nuevos comportamientos o sintomatología derivada de esta pandemia?

–En pacientes nuevos adolescentes estoy notando que al enfrentarse a los exámenes están teniendo más dificultad que en años anteriores. El hecho de que estuviesen confinados, con clases no presenciales, no les exigía exponerse al pánico que les produce el examen. Perdieron ese hábito que era beneficioso a la hora de enfrentarse a los exámenes. Por ley se les obligó a pasar el curso y hay una dificultad añadida que es que el contenido se dejó de dar, no se avanzó materia y creo que este año hay una necesidad imperiosa en el sistema educativo de corregir lo que no se pudo dar y avanzarlo para llegar al nivel de otros años. Eso está provocando que aparezcan pacientes con cuadro de ansiedad, de estrés, especialmente al enfrentarse a los exámenes. Y sobre todo niñas, mujeres adolescentes, porque que son las más responsables. El bloqueo está sobre todo en los que sacan buenas notas, porque tienen miedo a fracasar.

–Y con la entrada en el otoño ¿se agravan cuadros ansioso-depresivos?

–Sí. De hecho en noviembre hubo una masificación de casos activos de estrés, ansiedad y depresión. Hay que entender que a nivel psicológico hay épocas más difíciles, y en el otoño y primavera hay adaptación a cambios y nosotros somos personas que necesitamos estabilidad emocional, y producto de esta pandemia se acrecienta aún más la inestabilidad. Lo noto en todas las edades. En verano parecía que teníamos seguridad, falsa, en la baja percepción del riesgo, y ahora sí noto una alta percepción.

– La sociedad tampoco está colaborando mucho ante esta pandemia. No hay conciencia.

–No somos conscientes del daño que podemos ocasionar a todos los niveles. Esto no es una cuestión solo sanitaria. Las secuelas las tendremos una vez finalice todo esto. Se acrecentarán todavía. Está todo muy en el aire, todos estamos a la expectativa de lo que va a pasar. Es difícil el hecho de que, por ejemplo, van a desaparecer profesiones, van a dejar de ser imprescindibles determinados oficios y pasarán a serlo otros. A lo mejor hay un cambio en la sociedad y se valora más la salud, y eso tendrá una repercusión lógicamente. A lo mejor destruimos profesiones que dejarán de ser prioritarias, o la gente será más dinámica y no tan estática. Con esta crisis se descubrieron que muchos negocios no son rentables.

–¿Cómo surge el “Centro Harmonía Terapia Integral” ?.

Yo abrí en 2013 la consulta como psicólogo sanitario y hace unos dos años aproximadamente le cambié la nomenclatura porque ahora integro otras profesiones dentro de la terapia: una logopeda, una educadora social, y quiero sumar un psiquiatra. Todo eso porque voy a trabajar conjuntamente la patología que haya, abordarla desde todos los ámbitos para que haya mejora en el paciente. Hay casos que lo requieren, como niños que tienen dificultades en el aprendizaje y a la vez conductuales y darles la posibilidad de tratar ambas cosas, o a la vez que se trabaja con los adolescentes se puede trabajar con los padres a la hora de cómo establecer normas, vínculos. El concepto de “Harmonía Terapia Integral” es que se busca la terapia en todos los aspectos y dentro de una armonía en el propio paciente.

Compartir el artículo

stats