“La música es un arte que se hace para compartir; y uno de los fines de la enseñanza es también transmitir nuestra pasión por la música”. Profesora de piano y directora del Conservatorio Profesional de Música de Ourense, Purificación Iglesias, explica que el pase a la docencia virtual complica este cometido. Una pantalla “no nos permite trasladar esa pasión como nos gustaría”, afirma.

Las restricciones especiales aplicadas para toda Galicia desde el 27 de enero para frenar la expansión del COVID han cerrado bares y gimnasios, pero también las aulas en los centros de enseñanzas de régimen especial. Así lo recoge la orden del 26 de enero que establece la suspensión temporal de las actividades docentes en modo presencial en las escuelas de idiomas, escuelas de arte y diseño y también en los conservatorios de música. En principio hasta el 17 de febrero, un período inicial de tres semanas que en algunos de estos centros se está haciendo demasiado largo.

“En una clase de instrumento trabajas con fragmentos muy pequeños y vas corrigiendo, pero la apreciación sonora, esa que te llena el alma, no la tienes a través de una videoconferencia”, apunta la docente. Son pequeñas particularidades de las enseñanzas artísticas que no entienden del formato telemático: “A través de elementos digitales no es funcional. Falta algo”, afirma.

Marcos Vázquez, profesor de percusión. | // IÑAKI OSORIO

El cambio a la docencia virtual conlleva una dificultad añadida a los estrictos protocolos de protección y seguridad que ya aplicaban desde principio de curso. Ahora, muchos docentes y alumnado lidian cada día con problemas de conexión y carencia de recursos tecnológicos que no solo afectan a la calidad de la docencia, sino que tienen un efecto directo en las emociones e incluso en la motivación.

La directora del Conservatorio ourensano señala que desde principio de curso sabían que esta situación podría llegar en cualquier momento y el centro estaba preparado para los diferentes escenarios en los que se podría producir la suspensión de la docencia presencial. El plan de contingencia aprobado contempla la activación inmediata de las herramientas de conexión facilitadas por la Consellería de Educación para que los alumnos puedan continuar su formación desde casa pero en la práctica, todo se complica.

Medios personales

“Al principio de curso trasladamos a nuestros superiores la necesidad que teníamos de material tecnológico pero no hemos tenido respuesta y la situación que se presenta actualmente es muy complicada de salvar”, apunta la directora. Pero lo han hecho, añade, con el esfuerzo del profesorado que pone sus medios personales y en muchos casos desde su domicilio. Para disponer de más ordenadores, han tenido que recurrir a los ocho del aula de Nuevas Tecnologías, y se enfrentan también a problemas de conexión con una señal de ‘wifi’ muy débil en según que partes del edificio, y plataformas de comunicación que sufren interferencias, cortes o desajustes entre el sonido y la imagen con lo relevantes que son estos detalles en este tipo de formación artística.

Si las clases prácticas son complicadas, más aún lo son las de agrupaciones instrumentales: “Las plataformas no permiten que dos alumnos toquen o canten a la vez, tienen que hacerlo de uno en uno, con lo que la dificultad es añadida”, explica Cristina Rodríguez Boado, profesora de piano y de coro.

Todos estos problemas afectan a la calidad de la docencia, reconoce la directora del conservatorio, que confía en que el período de suspensión no se alargue más allá del 17 de febrero.

La música, un arma educativa

La profesora de coro, que ayer tenía clase con uno de los grupos del grado elemental, señala que en una situación como esta “la idea ya no solo es adquirir grandes conocimientos, sino que los niños mantengan el contacto, darles una alternativa fuera de sus horas de estudio y que no desconecten del todo”. Para los docentes del Conservatorio, añade Rodríguez Boado, “la música es un arma educativa muy potente, sobre todo en estos tiempos de pandemia”.

La directora del centro espera recuperar la normalidad lo antes posible y retomar no solo la docencia presencial sino también las actividades y el público: “Nosotros somos músicos y nos gusta compartir, pero los alumnos también echan de menos tocar juntos y la emoción del escenario”.