Ayer había 2.690 positivos en sus domicilios. La mayor cifra de toda la pandemia que aumenta a medida que se vuelcan los datos del día anterior. María Bustillo, especialista en Medicina Interna, no titubea y explica que “estoy y estamos mal. Vivimos la situación con resignación y estamos agotados. Lo hemos dado todo y volver a darlo todo es agotador y muy complicado. En aquel momento lo di todo y más, y ahora, no me veo con fuerzas”. Es la definición del estado emocional y físico de los sanitarios del CHUO con una tercera ola que les pone otra vez a prueba, por la falta de responsabilidad individual de una sociedad que no responde a la llamada de desesperación de la sanidad gallega.

La internista arguye que “es desesperante ver las situaciones en el hospital, nosotros vemos la parte más cruda de la enfermedad y es muy complicada. Estar solo ante el virus es muy duro, es una sensación de un miedo sin igual. Y nuestro servicio es escucharlos por teléfono y también tiene cierta carga psicológica para los sanitarios”. La atención del servicio de atención telefónica se apoya en esta ola en la Atención Primaria, ya que no hay más recursos humanos, pero sí más positivos. Listas de contagios que se reparten entre sanitarios agotados, cansados y con las fuerzas bajo mínimos. Un colectivo que no para de pensar en su trabajo las 24 horas de los siete días de la semana y donde no hay prácticamente descanso.

La voz apagada de María refleja el sentimiento sanitario, diciendo que “es como volver al  principio, volvemos a estar como en el mes de marzo, no hemos avanzado en nada de nada. En marzo nos pilló siendo ignorantes, pero ahora ya sabemos lo que nos viene y claro nos esperan meses muy duros. Lo fueron antes y ahora lo van a ser”.

Admite que serán meses duros los que vendrán y que “si de esta no aprendemos a ser responsables y a cumplir las medidas que se ponen y aprender a comportarnos con el virus, no vamos a aprender nunca”.

El escuadrón COVID

Lois López y Jesús Rodríguez repiten las mismas palabras para definir la situación que atraviesan los equipos de recogida de PCR, tanto en residencias, a domicilio y en el autoCOVID. Los dos son enfermeros y admiten que “tenemos una carga importante de trabajo, ya que son muchas las PCR que tenemos que hacer”. Gracias a ellos, ahora se detectan más casos. Los recursos materiales son mayores y los recursos humanos los mismos que al inicio de la pandemia. Lois explica que “todo nuestro trabajo se desmorona porque somos animales muy sociales, yo no tengo una voz de adivinación para saber qué pasó para volver a esta situación, pero sí que es cierto que se notó una relajación mayor en la época de Navidad y eso se traduce en un aumento de casos”. Para Jesús, “los números a mi personalmente me recuerda a la primera ola, aunque cierto es que hoy en día se realizan muchas más PCR que cuando empezó la pandemia y nos ayuda a conocer si hay gente infectada. Además se realizan cribados masivos como han sido los de Barbadas, Xinzo, Ourense que nos ayuda a saber y conocer la situación de cada ayuntamiento por lo que es importante que la gente seleccionada participe”. Un mensaje para aquellos que no pudieron y se abstuvieron de ir. Y añade que “creo que la sensación es de frustración, se repite una y otra vez que hay que extremar las medidas que nos indica la Xunta, la distancia de seguridad, la mascarilla, la higiene de manos y el resto que ya sabemos, pero creo que las navidades, las relaciones sociales que se han producido en esas fechas, y la relajación que se ha producido en el ámbito familiar de las medidas de seguridad, pues nos han traído a lo que estamos sufriendo ahora mismo”. Lois quiere mandar un mensaje para que todos cumplan, pero es el mismo que nunca retiene la sociedad: “Prevención y protección, por favor, cuidadnos y cuidémonos, cumplan las medidas por favor”. Sus voces se calibran cansadas, hastías de la situación con la que la sociedad tropieza una y otra vez y que no tiene visos de mejorar, si no todo lo contrario. La curva esboza un estancamiento en el pico que prevé una semanas duras para los hospitales comarcales, pero también para la economía provincial y para los sectores productivos de un territorio que tiene en el sector servicios su locomotora económica, que es el sector más afectado en estos tiempos de pandemia.

Una curva sin límites

Desde hace 15 días, un ciclo epidemiológico, los datos y las estadísticas no paran de subir, de dispararse y de registrar récords diarios de contagios, casos activos, PCR realizadas e incluso hospitalizaciones. En un mis los índices se multiplican por cinco y la presión asistencial en el área sanitaria de la provincia continúa en aumento, ante un inicio de las medidas de restricción que afectan a toda la comunidad por igual. Habrá que esperar al menos una semana para ver las consecuencias de un casi confinamiento colectivo.

En la provincia de Ourense los activos siguen en aumento. Ayer se producía un incremento de 105 positivos que aumentan a los 2.866 las personas que mantienen activa la enfermedad. Ayer también se superaban los 200 casos detectados, una cifra que se mantiene desde la última semana y que baja por momentos. Además las muertes se suceden a menor ritmo que en la segunda ola.

La preocupación reside ahora en la presión hospitalaria donde se volvieron a incrementar los ingresos y desde el área sanitaria ya estudian nuevos movimientos para hacer frente a más ingresos. En la actualidad el Complejo Hospitalario Universitario de Ourense tiene en planta 141 personas que sufren COVID y 12 en la Unidad de Críticos con un cuadro grave. Además en el comarcal de Verín mantienen a 16 personas con el virus activo y en el comarcal barquense la presión resiste a subir con cinco personas con coronavirus.

39 casos de 5.119 pruebas en el cribado de la capital

Del cribado de la capital se concluyen dos deducciones. La primera que la abstención fue masiva y la segunda que con los datos en la mano la fotografía sigue siendo irreal. El Sergas dio a conocer los datos de totales de positivos detectados y en total son 39, cuatro más que los detectados en las tres jornadas anteriores (sábado mañana, sábado tarde y del domingo por la tarde). Los positivos detectados, la mayoría asintomáticos, se identificaron de las 5.119 pruebas recogidas.

Pérez Jácome solicita a la Xunta y al Estado ayudas para los afectados

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, hace un llamamiento a la colaboración ciudadana en el cumplimiento de las normas dictadas por la Xunta de Galicia a la vista de la evolución epidemiológica y de la situación asistencial. El regidor, que confía en salir lo antes posible de esta situación se todas las personas asumen su responsabilidad individual y social, anima los ourensanos a hacer un esfuerzo común durante las próximas tres semanas y, al tiempo, solicita de las administraciones centrales y autonómica un gesto de solidaridad con los sectores más afectados. De la misma forma que se hizo con el sector pesquero durante la crisis del Prestige, el alcalde de Ourense invita los gobiernos español y gallego a tomar medidas para con los sectores más afectados, principalmente comercio y hostelería. Recuerda Pérez Jácome que, entre las medidas de nivel extremo de restricciones que buscan reducir al mínimo la interacción social, el cierre total de la hostelería y de los comercios a las 18.00 horas puede sumir en una profunda crisis las personas detrás de estos negocios.