Una lucha “titánica”. Así definía el presidente del gobierno gallego las semanas que esperan a la población gallega en referencia a la batalla diaria contra el coronavirus. Y es que la resaca navideña (y la relajación) no para de aumentar la detección de nuevos casos diarios, registrando el tercer peor día de nuevos positivos de toda la pandemia con 165 personas que dieron positivo en las pruebas PCR.

Ourense, Barbadás, Xinzo, Verín, Monterrei, Allariz y O Carballiño inician hoy unas semanas duras de restricciones por un bien común, parar los contagios y adelantar el pico de una tercera ola que se prevé que fulmine los récords de la segunda y que ya alcanza a 1.348 casos activos. La hostelería, el comercio, las áreas comerciales y la vida social se endurecen, de nuevo en la provincia, para parar el un mayor ritmo de escalada que el que había en octubre y noviembre con la bomba vírica definida por las autoridades sanitarias.

Los datos, como el algodón, no engañan. Y es que los ourensanos se relajaron estas navidades, como el resto de Galicia y de España. La tercera ola se preveía, pero no de este calado y eso es lo que preocupa a las autoridades sanitarias que limitan el horario de la hostelería en los siete concellos citados anteriormente, reducen el horario de los comercios en toda la provincia y adelantan el toque de queda. Además emiten una recomendación de no reunirse con personas no convivientes en los domicilios a partir de las 18.00 horas. Todo para parar una tercera ola que va en sexta velocidad. En los últimos días, desde Nochebuena, se detectaron en la provincia un total de 1.579 personas que contrajeron el virus y ayer la incidencia de la provincia era superior a 400, cuando a principios de diciembre era de las más bajas de España.

No solo la relajación de las medidas tienen parte de la responsabilidad de esta situación, pero lo cierto es que favorecieron reuniones que los expertos y profesionales sanitarios ya dijeron que nos llevarían de nuevo a una encrucijada. Los casos activos desde entonces aumentaron en 822 personas, los muertos en once y los casos activos en la capital casi se triplican pasando de los 164 el 24 de diciembre a los 456 en el día de ayer. Los ingresos hospitalarios también se incrementaron, sobre todo en esta última semana. Más contagios, más ingresos. Es fácil una regla de tres que los sanitarios ven con resignación y cansados en una carrera de fondo que contabiliza 20 casos más en la planta del CHUO y tres personas más en la UCI, con los hospitales comarcales manteniendo el tipo, a pesar de los positivos que se detectaron sobre todo en Verín, donde el comarcal tiene cinco camas ocupadas con pacientes COVID.

En los últimos 20 días, se contabilizó el 16% de los casos totales de la pandemia y en la capital los positivos activos aumentaron un 35%. La hostelería resignada, la economía frenada y, de nuevo, a una situación ganada por relajación individual.

Ni los peores datos de muertes de los últimos 65 años frenan la transmisión, ni la relajación en los entornos más familiares, que de nuevo son la principal causa de los rebrotes. El mensaje de prevención y protección ya no cala y la historia se repite por tercera vez.