Alrededor de 400 coches recorrieron ayer las principales calles de la ciudad de Ourense para protestar con la Ley Celaá, que aprobó el Congreso de los Diputados. Una convocatoria nacional en todas las ciudades que defendía la “complementariedad de las redes públicas y privado-concertadas, así como el rechazo del modelo de inclusión radical que pretende la Ley Celaá y que conduce a los centros de educación especial actuales a su desaparición”. Pitidos, protestas de color naranja y otra reivindicación por las calles de la ciudad. “Exigimos mejoras reales para el personal docente y no docente de los centros educativos, además de reclamarle al Estado la obligación que tiene de financiar adecuadamente a los centros públicos y concertados para garantizar real de ambos”. La caravana naranja mostró su disconformidad con los cambios aprobados en la ley de educación pidiendo que se les escuche.