A.G.R. aceptó la rebaja de nueve meses de prisión a seis por el quebrantamiento de una condenada por sentencia firma en el que se le imponía la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 300 metros, de su domicilio, de su lugar de trabajo o de cualquier lugar, así como la privación de comunicación de la misma. El 22 de julio de 2020, el condenado se acercó a la casa de su expareja en la calle Río Arnoia, timbró en el portero automático a las 3:30 de la madrugada y la amenazó: "Ábreme hija de puta, te voy a matar, hija de puta".

Además de las amenazas, el condenado golpeó la puerta de la entrada, causando "gran temor en la víctima", según queja recogido en el escrito de acusación.