"La cosas cambiaron mucho. Ahora la mayoría de los políticos van por dinero; mi padre y los suyos iban por ideales, por u un proyecto colectivo de mejorar la vida de sus ciudadanos. Y como mi padre, hubo muchísimos que murieron sin un duro. Los mataron y dejaron abandonada a sus familias", explica Lolita Suárez, a quien sus 97 años y la pandemia, le impidieron ayer estar en este homenaje a su padre.

Ella y sus hermanos pagaron el precio de haber quedado huérfanos de padre a temprana edad y estigmatizados por ser hijos de los que habían sido represaliados, del bando perdedor. "Los ideales que mi padre defendía en esa carta de despedida, su honestidad, tener ideales es ahora más necesario ahora que nunca" , declaró.

Los párrafos a mano de la carta dirigida a su mujer del que sabe que va a ser fusilado sin tener a sus espaldas delito alguno, hielan. "Tengo la seguridad de que muy en breve los culpables pagarán también con su vida tan horrorosa tragedia, porque no pueden triunfar los que para conseguirlo se ahogan en sangre", razonaba Manuel Suárez, quien lamentaba que para justificar el asesinato de inocentes "invocan a Dios, el mismo que dice que todos somos hermanos" .