Carlos R. R., el constructor acusado de orquestar presuntamente entre finales de 2016 y principios de 2017, en dos ocasiones, en libertad y en prisión preventiva, el secuestro de un conocido abogado de Ourense y de su familia, ha defendido hoy en su interrogatorio que "jamás, nunca" (dijo con énfasis) planeó retener al letrado, a su mujer o a su hija pequeña para recuperar una supuesta deuda, tras haberle vendido unos terrenos para construir unos chalés, impago que el profesional niega. "Estaba desesperado. Traté la mediación de una persona para que fuera a cobrar, nunca a secuestrar", afirmó el encausado. "Nunca, nunca", enfatizó. Se acogió a su derecho a responder solo a las preguntas de su defensa.

En cambio, la testigo con la que contactó en Vilagarcía de Arousa, para que junto a otro hombre (este no compareció al juicio ayer, alegando que no tenía dinero suficiente para viajar a Ourense) retuvieran presuntamente a la familia, asegura que efectivamente ese era el plan. Confirmó que incluso les entregó el encausado un croquis sobre la ubicación del domicilio y el despacho del letrado. La mujer, que declaró desde la prisión de A Lama, dice que Carlos le dio un adelanto de 500 euros (las acusaciones sostienen que fueron 1.000). "Se trataba de coger a la mujer y la niña por un dinero que al parecer debía el abogado", testificó. Negó que acudieran a denunciar cumpliendo órdenes del abogado. Según la Fiscalía, el encargo era que ambos supuestos sicarios amenazaran a la familia con una jeringuilla.

Al percibir que no se trataba de un "vacile" como creía inicialmente, avisó a las autoridades y autorizó a la Policía que grabara una conversación en la que el acusado manifestaba su intención. También captaron otra al día siguiente, durante una reunión en el aparcamiento en el que los supuestos sicarios obtenían dinero indicando lugares de estacionamiento a los conductores. La mujer, que junto a su compañero tuvo protección de testigo protegido hasta el juicio, identificó por foto al encausado.

Retener "para que se acojone"

La defensa sostiene que en ningún momento se habló de secuestro y que no consta así en las transcripciones. En una de las llamadas, el inculpado presuntamente usó lenguaje simulado, con expresiones como "pintar el piso", pero también constan en las grabaciones, según los agentes, frases como "tenemos que retener a la familia para que se acojone"; o "dónde retenemos a la familia si no tenemos coche". Varios policías declararon ayer como testigos del presunto primer intento. "Todo tenía visos de que la propuesta iba en serio", manifestó uno de los investigadores.

El abogado y víctima compareció también ayer. Con momentos de agitación y nerviosismo, el letrado negó que adeudara "absolutamente nada" al constructor, después del proyecto inmobiliario fallido en la zona de Pereiro, tras el que rompieron unas relaciones que comenzaron en 2004. El inculpado ya fue denunciado por él en 2013, por hacer pintadas en su despacho y en su casa del tenor "abogado, paga", así como condenado en 2006 por amenazas. En el pasado presuntamente lo intimidó diciéndole que conocía a personas colombianas "que hacían desaparecer a la gente". Según el perjudicado, "sufrí 12 años de continuas amenazas que fueron aumentando escalonadamente", aseveró. "Lo pasamos muy mal. Cuando salió de prisión no sabíamos qué camino coger".

Su esposa, que también compareció como testigo este miércoles, relató que tras los hechos aumentaron las precauciones en el colegio. "Hablé con los profesores para que el niño no saliera ni siquiera al recreo y otras madres me dijeron que estarían más pendientes". Cuando el acusado fue excarcelado por segunda vez "nos encerramos en casa". La mujer dijo que solo ansía "su seguridad".

Mañana es el turno de los funcionarios del centro penitenciario de Pereiro, donde presuntamente el acusado, cuando se encontraba en prisión preventiva por el primer intento, ofreció a un interno dinero a cambio de que secuestrara al letrado en el momento en el que fuera excarcelado, con el fin de cobrar la deuda. El recluso, actualmente en libertad, está ilocalizable y su versión será leída. Un compañero de celda del acusado durante dos semanas declaró ayer que escuchó en Pereiro "rumores" de que Carlos R. R. buscaba a gente para un secuestro pero "no le di credibilidad porque la mitad de los comentarios en la cárcel son falsos. Le pregunté una noche y me lo negó. Yo le aconsejé que se olvidara de tonterías y se centrara en salir de aquí". Lo veía "nervioso".

A la espera del informe de conclusiones definitivas que tiene lugar en la sesión final de hoy, tras los últimos testimonios y la prueba pericial, la Fiscalía solicita una condena de 6 años y medio de prisión así como la prohibición de que se aproxime al letrado y a los miembros de su familia durante un periodo de 7 años y 6 meses, como presunto responsable de un delito continuado de proposición para cometer un delito. La acusación particular, que ejerce el abogado Alfonso Pazos, reclama 38 años de cárcel en total por cuatro delitos continuados en grado de tentativa de secuestro, más dos intentos continuados de extorsión o amenazas condicionadas. Solicita penas mucho mayores por un tipo agravado al ser menores los hijos. Pide alejamiento y 51.266 euros de indemnización, la mayoría por daños morales. La defensa, a cargo de Isidro Losada, niega los hechos con "total disconformidad con la exposición fáctica" -según su calificación provisional- y solicita la absolución.