Las personas a las que ofreció confabularse para secuestrar a un conocido abogado de Ourense o a su familia, con el fin de recuperar una deuda de cuando fueron socios en un proyecto inmobiliario, revelaron el plan a las autoridades y frustraron los intentos de rapto y extorsión -incluso cuando ya estaba en prisión preventiva- que el 13 y 14 de febrero sientan en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Ourense a C. R. R., de 54 años. La Fiscalía solicita 6 años y medio de prisión así como la prohibición de que se aproxime al letrado y a los miembros de su familia durante un periodo de 7 años y 6 meses, como presunto autor de un delito continuado de proposición para cometer un delito. La acusación particular, que ejerce el abogado Alfonso Pazos, reclama 38 años de cárcel en total por cuatro delitos continuados en grado de tentativa de secuestro, más dos intentos continuados de extorsión o amenazas condicionadas. Pide alejamiento y 51.266 euros de indemnización, la mayoría por daños morales. La defensa, a cargo de Isidro Losada, niega todos los hechos, solicita la libre absolución y propone la declaración en calidad de testigos de dos reclusos

La fase de investigación judicial correspondió a la sede de Instrucción 1 de la ciudad, que abrió diligencias previas en el año 2017. El encausado estuvo en prisión preventiva por estos hechos -el segundo intento, de hecho, se produjo presuntamente cuando estaba en la cárcel-, pero lleva varios meses en libertad tras su segunda excarcelación.

El juez y la Fiscalía sostienen que el propósito del acusado, empresario de la construcción de la zona de Verín, era cobrar una deuda de 50.000 euros extorsionando con el secuestro a un conocido abogado de Ourense, exsocio en una aventura inmobiliaria fallida hace más de una década. Según la Fiscalía en su escrito de acusación, "ante la situación de frustración que ello le provocaba, con intención de forzar el pago y castigar" al letrado, "al que consideraba causante de los diversos problemas económicos en los que se encontraba". El constructor estaba seguro de que el letrado poseía el dinero en metálico y que lo guardaba en una caja de seguridad en su vivienda.

Presuntamente, a finales de 2016 y principios de 2017, contactó con una pareja en Vilagarcía de Arousa a las que ofreció dinero a cambio de que retuvieran a la esposa y al hijo menor de ambos, con el objetivo de presionar al abogado y conseguir el pago de la deuda.

C. R. R. hizo entrega de parte del dinero del pago, así como de un plano en el que aportaba los distintos pasos y datos para ejecutar el secuestro de la mujer y la hija menor de edad (en otra ocasión le dijo que era un niño). El plan era que la pareja se trasladase desde Vilagarcía a Ourense, donde debían localizar y retener a la mujer e hija del abogado, utilizando como arma intimidatoria una jeringuilla para, con posterioridad, exigir de la misma manera al esposo y padre el dinero para la liberación.

El 7 de febrero, la mujer de la pareja contactada se amedrentó y confesó todo a la Policía. Al darse cuenta de que no parecía ser una broma, fue a la comisaría de Vilagarcía y desveló que el constructor había contactado con ella a lo largo de meses, tanto por teléfono como en encuentros personales, y le había propuesto llevar a cabo el secuestro a cambio de 10.000 euros, con un anticipo de 1.000 que le entregó en una reunión.

El hombre de esa pareja -ambos tienen el estatus de testigo protegidos- confirmó que el investigado les hizo el encargo del rapto y le dio un papel con la dirección del letrado. Ambos aseguran que el encausado los amenazó.

Tras once días de investigación policial que incluyeron escuchas reveladoras, C. R. R. fue detenido y enviado a prisión preventiva el 21 de febrero. No le disuadió, en su segundo intento, ni estar entre rejas. A los pocos días de llegar, ofreció a uno de los internos de la cárcel de Pereiro de Aguiar un pago de 10.000 euros por secuestrar y extorsionar al abogado cuando saliera de prisión y exigirle como requisito por su libertad la deuda de 50.000 euros.

El recluso, al que solo le quedaban dos meses para salir tras un quebrantamiento de condena y conducción sin carné, también denunció los hechos a los funcionarios del centro penitenciario, que lo consideran creíble y veraz. No aceptó el soborno pese a que habría podido pagar su fianza.

C. R. R. fue detenido y encarcelado por primera vez en febrero de 2017, la Audiencia Provincial lo dejó en libertad menos de un mes después, por una fianza de 3.000 euros, y el juez ordenó su segundo ingreso en la cárcel cuatro días más tarde, al descubrirse que presuntamente había ofrecido retomar el secuestro a internos de Pereiro. Un funcionario del centro declaró que varios internos le manifestaron que el encausado estaba buscando a alguien para "dar una paliza" al letrado y "secuestrar a la familia". La acusación particular comparte que en su segundo ingreso en prisión "continuó buscando gente" para ir contra el abogado y su esposa.

La UDEV de la Policía Nacional de Ourense había alertado de que la familia de la víctima, así como el propio letrado, "se encuentran en una situación de riesgo, dada la obcecación" del sospechoso.

En el escrito de conclusiones provisionales, la defensa niega las acusaciones y muestra "total disconformidad con la exposición fáctica del Ministerio Fiscal y la acusación particular". Además de aceptar las declaraciones que proponen las partes contrarias, la defensa propone a tres testigos más, dos de ellos internos del centro penitenciario de Pereiro de Aguiar.

El encausado declaró en febrero de 2017 ante el juez instructor y admitió haber contratado a una pareja para que amenazase al letrado para cobrar la deuda. Alegó que desde su ingreso en prisión en ningún momento buscó a nadie para secuestrar a la familia del letrado. Ya había sido detenido en otras ocasiones por amenazar al letrado, así como por causar daños en su inmueble. Tiene antecedentes penales.

El forense emitió un informe en 2017 afirmando que no consta enfermedad mental del acusado y que sus capacidades están dentro de la normalidad, si bien muestra características de personalidad que lo describen como impaciente, hostil y susceptible.