Aby Ndo tiene 38 años, hace ya 10 que llegó desde Senegal a la ciudad de As Burgas y es la primera mujer que preside la Asociación de Emigrantes Senegaleses en Ourense (AISO), un colectivo integrado en su inicio por una mayoría de hombres que emigraban para enviar dinero a sus familias en el país africano.

Su labor de apoyo al frente de este colectivo es fundamental para ayudar a los recién llegados a solventar algunos de los problemas más habituales que tiene cualquier emigrante a su llegada al país de destino. "No solo el idioma, que hay que aprenderlo en nuestro caso, sino tratar de ayudarlos a legalizar sus papeles, documentos sanitarios y apoyarlos siempre que sea posible para que se formen y puedan conseguir un trabajo. Esa es mi lucha", añade.

En estos momentos AISO supera los 102 asociados, pero el colectivo de senegaleses censados en la provincia ha aumentado tras un tiempo de estancamiento por la crisis, hasta los 245 a 31 de diciembre del pasado año.

"En general estamos adaptados; en mi caso me vine a Ourense porque mi marido estaba ya aquí y hemos conseguido reagrupar a la familia y traer a mis cuatro hijos", afirma Aby.

Cuando se le advierte del aumento de población extranjera que empieza a llegar a Ourense Aby sonríe: "Está bien eso que seamos más jóvenes y además es bueno mezclarse ¿no?".

Reconoce que todavía quedan compatriotas que "para ganarse la vida honradamente, porque los senegaleses venimos aquí a trabajar para enviar dinero a las familias, aún se dedican a la venta callejera".

"Es uno de mis dolores de cabeza; no siempre es fácil para ellos encontrar una salida y sabemos que hay gente que los critica por vender en la calle, pero ¿qué van a hacer si no tienen otro trabajo?", se disculpa. Por lo demás, "estamos adaptados, y a mí ya me gusta hasta el frío de Ourense", asegura.