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Fernando Alañón: "Endurecer las penas no disuade a un asesino, se pide más como castigo que para reducir delitos"

"Los jueces resuelven con arreglo a criterios jurídicos, no populistas ni pensando en la opinión pública"

Fernando Alañón: "Endurecer las penas no disuade a un asesino, se pide más como castigo que para reducir delitos"

La preocupación de los españoles por la justicia alcanzó en mayo el máximo histórico, según el primer barómetro que publicó el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) tras la sentencia de "La Manada", de finales de abril. Esta condena llenó tertulias y avivó protestas en la calle y en las redes sociales. Otros casos mediáticos, como los de los políticos presos y Juana Rivas, también han concitado un agitado debate en la opinión pública. El magistrado del Tribunal Superior de Xustiza, Fernando Alañón (Madrid, 1963), considera que "las decisiones judiciales desde luego que se pueden criticar", pero lamenta que "en muchas ocasiones, se cuestionan desde posiciones demagógicas y con bastante desconocimiento". El endurecimiento de las penas, que algunos expertos tildan de populismo punitivo, reaparece con frecuencia en la agenda reformista de algunos partidos. "Muchas veces, cuando se pide, obedece más a un propósito de castigo, que se considera pequeño, que de una reducción de la criminalidad", opina el juez, expresidente de la Audiencia Provincial de Ourense.

- ¿Ha aumentado mucho el trabajo en el TSXG desde que la Sala de lo Civil y Penal revisa las sentencias de las audiencias provinciales?

- A raíz de la entrada en vigor de la reforma de 2015, y de la retroactividad de la norma, se nota la entrada de asuntos con recursos de sentencias dictadas que antes solo tenían la posibilidad de la casación ante el Tribunal Supremo, y ahora también de una apelación ante el Tribunal Superior de Justicia.

- ¿Cambia la manera de trabajar en el Tribunal Superior con respecto a la Audiencia Provincial?

- La materia civil, a la que me dedicaba en Ourense, ahora mismo en la Sala de lo Civil y Penal del TSXG queda limitada a los recursos de casación, que no son muchos, y es mucho más técnica y restringida que las apelaciones de la Audiencia. En cuanto al derecho civil gallego también es más reducido y concreto. Antes no tenía una competencia penal mientras que, en el TSXG, quizá la mayor parte del trabajo sea de dicha jurisdicción: tanto apelaciones de un jurado como de las sentencias dictadas en primera instancia por las audiencias provinciales. También las instrucciones de los aforados.

- Con respecto a esto último, se tiende a pensar, no sé si de manera equivocada, que a medida que se sube en la instancia judicial existe una mayor permeabilidad a la injerencia política. ¿Reciben o notan presiones en el Superior?

- Absolutamente ninguna. Yo no he tenido ningún tipo de roce con nadie que pudiera estar próximo a un aforado bajo investigación.

- A nivel profesional, ¿cuesta más a un magistrado resolver sobre asuntos que atañen a políticos?

- Se ven los asuntos de la misma manera y se resuelven como los de cualquier ciudadano, no influye para nada. Sí tenemos, porque recibimos menos casos de este tipo, la posibilidad de hacer una reflexión más pausada, tranquila y sin agobios. No existe una premura ni la presión del número de asuntos.

- ¿Se sienten más expuestos a la opinión pública con sus decisiones? De unos meses a esta parte, ha habido resoluciones que se están cuestionando especialmente.

- Los magistrados y los tribunales siempre hemos estado expuestos a la crítica, que es sana y razonable. Las decisiones judiciales desde luego que se pueden criticar, desde cualquier punto de vista. Pero, quizás, en la actualidad estemos viviendo un momento preocupante porque, en muchas ocasiones, se cuestionan los asuntos desde posiciones demagógicas y con bastante desconocimiento. Eso no es bueno para hacer un debate sereno, serio y responsable. Las resoluciones tienen muchas matices y un juicio que dura varias semanas da para mucho, no se puede reducir a cuatro comentarios.

- ¿Cuando una resolución suscita críticas y protestas, condiciona al tribunal que debe revisarla?

- No debiera. Por ejemplo, en el caso de La Manada, en el que no entro a si la sentencia está bien o está mal, porque quizá yo hubiera tomado otra decisión, no lo sé, he visto tuits de políticos cuestionando la libertad de esas personas no con parámetros jurídicos, que son a los que tiene que atenerse la Sala. Es más una discusión visceral. Los jueces resuelven con arreglo a criterios jurídicos, no populistas ni pensando en la opinión pública.

- ¿Falta una mejor comunicación de los tribunales, y quizá más especialización en los medios?

- Desde luego hace falta mucha pedagogía de un lado y mucho esfuerzo del otro, porque leer sentencias es una cosa muy tediosa, es así. De todos los que han criticado la sentencia, pongamos por caso, del caso Juana Rivas o el de La Manada, ¿cuántos se han leído la sentencia y conocen las razones por las que se ha llegado a la decisión?

- Pero hay una línea difusa entre "léase usted antes la sentencia" y la libertad de expresión, así como la casi obligación de crítica a la justicia como poder del Estado.

- Lo ideal sería que se criticara con un conocimiento de causa pero, como muchas veces es prácticamente imposible, nos vemos expuestos a una crítica con unos parámetros poco sólidos.

-¿Qué papel juegan las redes?

- Desde luego tienen una influencia en ese aspecto. A veces uno se queda estupefacto con las reacciones absolutamente desmedidas que se leen o se escuchan en Twitter, por ejemplo. En ocasiones, el poder político ha fomentado ciertas críticas, quizá con una previsión electoralista o populista.

- ¿Es necesario endurecer las penas? Algunos partidos lo piden.

- Las cosas no se arreglan endureciendo las penas. No creo que quien vaya a cometer un asesinato esté pensando en ese momento en la pena que le pueden imponer. La exasperación punitiva, cuyo efecto en la reducción del delito se estudia mucho en Criminología, entiendo que no disuade. Muchas veces, cuando se pide un endurecimiento de las penas, obedece más a un propósito de castigo, que se considera que es pequeño, que de una reducción de la criminalidad. Además, creo que el Código Penal debería tocarse cuanto menos, mejor.

- ¿Necesitan los juristas mayor formación en materia de género?

- No creo que falte sensibilidad ni que sea necesaria una formación específica. Hay que ver la cantidad de sentencias que se dictan en España sobre estos delitos.

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