El choque térmico, que coloquial y erróneamente se conoce como un corte de digestión, puede provocar la pérdida de conciencia por un contraste de temperatura en un contacto brusco de la piel y las vías respiratorias con el agua fría. Es la posible causa de la indisposición previa al ahogamiento -asfixia por sumersión- de José M. M. N., un joven angoleño que, sobre las 17.30 horas del miércoles, decidió darse un baño en el Miño, a la altura del hórreo junto al Puente Romano de Ourense. En cinco días fallecieron en Galicia cinco personas en zonas de baño. El cadáver del chico de 20 años, que estudiaba en la ciudad lusa de Porto, apareció ayer a las 12 del mediodía, 19 horas después del suceso. Estaba cerca del margen derecho, sumergido a unos dos metros de la superficie, más o menos a la altura del lugar donde se le perdió la vista, en un instante, después de que un amigo y otros bañistas lo vieran en apuros en el agua, pidiendo auxilio justo antes de desaparecer.

El cuerpo fue localizado por tres efectivos de la agrupación de voluntarios de Protección Civil de Ourense, que rastreaban el cauce en una lancha de goma. En la primera inspección ocular en el acto de levantamiento, no se apreciaron signos externos que indicaran que el joven se hubiera golpeado. La autopsia se hizo ayer por la tarde en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO). Se baraja como hipótesis una indisposición, con una pérdida posterior de conciencia en el agua, como paso anterior al ahogamiento.

El hallazgo ponía punto y final a un intenso operativo que se reanudaba a primera hora con la participación de 24 efectivos de Protección Civil de Ourense, el servicio de emergencias de Barbadás y el GES de Pereiro de Aguiar. La Policía Nacional volvió a contar con el apoyo desde el aire del helicóptero "Cóndor" con base en Vigo. Su sumaron a la batida cuatro agentes a caballo de la Unidad de Caballería. Además, participaron una veintena de efectivos de Seguridad Ciudadana de la comisaría de Ourense y de la Policía Local. Estaba previsto que acudieran desde A Coruña buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, pero el cadáver del turista se localizó antes. Capitaneó el operativo en el lugar del suceso el inspector jefe de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana, Manuel Alberto Aragón.

El amigo de José M. M. N., testigo del rápido ahogamiento, siguió el operativo desde la orilla, afectado. Una patrulla de la Policía Local lo arropó tras el momento más triste, cuando se recuperó el cadáver del agua. Los jóvenes, que estaban de vacaciones, habían venido desde Vigo para disfrutar del día en Ourense y tenían previsto seguir de viaje por otras zonas de España. José decidió darse un baño en una zona del Miño que es frecuentado para tomar el sol y refrescarse, pese a que la única zona habilitada es la Playa de la Antena, aguas arriba en el otro margen.

Los padres del fallecido estaban en Angola cuando la Policía los informó del suceso. La Subdelegación descartaba ayer que el padre del joven perteneciera al cuerpo diplomático de Angola, como se especulaba en un principio. Los progenitores decidirán sobre la posible repatriación del cadáver. En ese escenario, una vez que el juzgado dé la autorización los familiares gestionarán el traslado con la embajada y Exteriores.

Aviso policial de la subida del río

Por la tarde, los cuatro policías a caballo, un coche patrulla de la comisaría y Protección Civil recorrieron las termas para prevenir a los bañistas por la subida del Miño. Naturgy, la hidroeléctrica de la presa de Velle, rebajó el nivel al caudal ecológico tras la desaparición, para facilitar el rastreo. Después del hallazgo, volvió a abrir compuertas y el río creció.