Cada seis minutos, el ictus o infarto cerebral mata a una persona en España. Cada año cerca de 130.000 españoles sufren un ataque de este tipo, siendo la segunda causa de mortalidad y la primera en mujeres. Según las estimaciones, un tercio de los enfermos que sufre un ictus fallece y otra tercera parte sufrirá una discapacidad que le impedirá valerse por sí mismo.
Precisamente el objetivo de la unión entre LINCBiotech y el laboratorio de Neurociencias del Hospital Clínico de Santiago es mejorar esas estadísticas. Además de continuar con la investigación médica, el trabajo se centrará a partir de ahora en la sede de Conexiona en la Tecnópole ourensana. "Vamos a empezar a trabajar y a convertir el producto en viable. Tenemos que llevarlo desde la fase de transferencia, que es el estado en el que se encuentra ahora mismo esta tecnología, al mercado", explicaba Carlos Manuel Sande, director de I+D y Proyectos de Conexiona.
"Lo que tenemos ahora mismo es un software, un algoritmo que es capaz de detectar y traducir lo que hay en una resonancia magnética", continuaba. "El siguiente paso será automatizar todo este proceso para facilitar el análisis del neurólogo, por lo que aún nos queda un desarrollo por delante antes de conseguir ponerlo a la venta en el mercado", señaló.
Su nueva firma filial LINCbiotech, presentada ayer en el polígono de San Cibrao das Viñas, está especializada en el desarrollo y comercialización de productos sanitarios destinados al diagnóstico, prevención, tratamiento o alivio de enfermedades neurológicas y cuenta con un producto core llamado LINCneuro: software de ayuda a la decisión clínica que cuantifica y muestra la temperatura cerebral a partir de datos generados por resonancia magnética.
