Además de permanecer a la espera de que los olivos den fruto, los comuneros de Candeán también barajan la posibilidad de invertir en un rebaño de cabras que contribuya a reducir los elevados costes del mantenimiento de los terrenos. "Empezamos por un rebaño de unas veinte ovejas con un acuerdo con un vecino que se encargaba de cuidarlas ya que también tenía las suyas. La intención es construir un alpendre en terrenos de la cantera, una caseta que esté refugiada y no demasiado a la vista y comprar cabras, que son más resistentes que las ovejas", explicó su presidente, Óscar Domínguez.