Un informe del servicio de Personal y Recursos Humanos del Concello, entregado en la junta de área de Servicios Generales a petición del grupo municipal del Partido Popular, señala que en los últimos ocho años, los que van de 2007 a 2014, la Policía Local perdió 28 efectivos, y pasa a contar con una plantilla de 128 funcionarios. Por su parte el cuerpo de bomberos sufrió un descenso de 24 efectivos, y en la actualidad cuenta con 46 trabajadores municipales.

Unos datos que no hacen más que rubricar los que publicó FARO en mayo de 2014 respecto a la "precariedad" en la que se encontraban ambos servicios municipales, que para los populares son "esenciales" para la ciudadanía. En la mencionada información, con mayor amplitud en el tiempo, se reflejaba que ¡en 1984 la plantilla de la Policía Local era de 172 agentes, con 6 sargentos y 17 cabos, con una carga de trabajo próxima al 5 por ciento respecto a la que tienen en la actualidad.

Mientras tanto en la actualidad son 120 efectivos -según el informe municipal, 123-, como así indicó en el pleno el alcalde, Agustín Fernández, responsable de ambos servicios al no delegar las competencias en ninguno de los ediles del grupo socialista, que no dudó en reconocer que la plantilla de la Policía Local "es justa".

Precariedad

Por parte de los representantes sindicales en el Concello, junto con los grupos de la oposición, especialmente el popular, se advertía de la "precariedad" en las que se encontraban los dos servicios municipales. En el caso de la plantilla de la Policía Local, señalaban que debería haber 173 agentes para cumplir con el ratio mínimo establecido de 1,6 policías por cada 1.000 habitantes.

La realidad es muy diferente, ya que la ratio se sitúa en el 1,2. La carga de responsabilidades obliga, según fuentes del cuerpo, a recurrir a horas extraordinarias y a las denominadas y polémicas "horas voluntarias" para atender algunos servicios, así como a tener que "doblar turnos".

Las denominadas "horas voluntarias" se convirtieron en un foco de controversia, ya que en la plantilla se advertía que el precio por hora que se estaba pagando, y después de tener que ajustar los turnos para poder atender, con las mínimas garantías todas las incidencias, no animaba a que los efectivos se anotasen, como así se advirtió por parte de la jefatura al alcalde.

Entre los datos más significativos, y que para la oposición reflejan esa precariedad, es que en 2007 la Policía Local contaba con 124 agentes, otros 6 en prácticas, un intendente, un jefe de la Policía Local, 11 oficiales, 4 inspectores, y 4 inspectores principales.

Una cifra que se redujo en el pasado año, ya que se pasó a contar con 106 agentes, no hubo ningún agente en prácticas, los oficiales pasaron de 11 a 3, y se redujo un inspector principal, quedando tres, sin que por parte del gobierno socialista se adoptase ningún tipo de medida para paliar ese descenso de personal. Algo similar acontecía en el cuerpo de Bomberos.

Así, en el servicio de Extinción de Incendios, que colabora habitualmente con otros concellos, como advertía ayer el grupo popular, se pasó de los 59 bomberos en 2007 a los 41 con que cuenta el servicio a 321 de enero de 2015. Además de desaparecer los tres puestos de cabo de incendios, y los dos puestos, uno de chófer y otro de jefe de incendios, así como un puesto de suboficial de incendios, como se recoge en el informe dado a conocer ayer.

Ante esta situación, por parte de los sindicatos la petición fue reiterada: más medios humanos y materiales, así como atención del gobierno socialista. Pero ni el alcalde, Agustín Fernández, responsable directo de los dos servicios, ni la concejal de Personal, Carmen Rodríguez, atendieron las peticiones realizadas, y que ya se habían sido objeto de denuncia en la Junta de Personal.

La jubilación de tres policías el pasado año, la de cinco en 2015, y las tres previstas en 2016, no hacen más que empeorar la situación de la plantilla, como así lo denunciaron los sindicatos, con el agravante de que no hay a corto plazo una solución que se traduce en convocar nuevas plazas.