La comunidad islámica de Ourense recibió ayer como un jarro de agua fría la noticia de la detención de su imán en la macro operación policial contra la falsificación de ropa en España. Se le acusa de actuar como testaferro para el blanqueo de dinero procedente de la venta de mercancía falsa y de ocultar dinero negro en la mezquita del barrio ourensano de A Carballeira.

El secretario de la comunidad islámica de Ourense, Ibrahim Diouf, explicó ayer que desde hace dos meses la policía visitó varias veces el bajo que este grupo tiene en propiedad buscando al imán "pero había viajado y no volvió". Ninguno de los musulmanes que visita con frecuencia esta sede sospechaba de la presunta actividad ilícita que practicaba su líder y se desvinculan de lo que consideran la "actividad privada" del imán: "La mezquita no tiene nada que ver con él, aquí viene gente muy honrada". Ibrahim Diouf cree que "se están mezclando cosas" y apunta que "aquí no hay ropa ni vive nadie, aquí la gente viene a rezar y se va". El secretario teme que esta macro operación que se ha saldado con la detención de 99 personas afecte a la convivencia de esta comunidad en Ourense, donde asegura que se sienten totalmente integrados.

De hecho, cree que su imán pudo haber sido "manipulado" por el presunto cabecilla de Xinzo para participar en la red aprovechando que "el dinero no sobraba en esta mezquita" y que el imán no cobraba nada por ejercer de guía espiritual. "En verano no le quedó más remedio que ponerse a vender ropa en las ferias", asegura Ibrahim, "porque la mezquita vive de las aportaciones voluntarias y con la crisis no quedaba nada para él".

Respecto a la presunta ocultación de dinero negro en la sede religiosa que la policía atribuye al imán, el portavoz de la comunidad islámica asegura que "nunca vimos nada raro en ese chico", del que destaca su "juventud" y su "poca experiencia" e insiste en que la población islámica en Ourense "no tiene problemas con nadie, ni con la justicia ni con los vecinos".

También en Xinzo causó sorpresa la detención de su imán y la ubicación en plena avenida de Madrid del centro logístico de la mayor red de venta de ropa falsa en España.

Este guía espiritual es reconocido en toda la villa antelana, así como su relación con la actividad textil. De hecho, la mezquita que dirige se sitúa en un bajo colindante con otros en los que se almacenaba parte de la ropa incautada.

Esta sede religiosa llegó a recibir, según la investigación policial, donaciones de la organización criminal próximas a los cien mil euros. La detención del imán se produjo a finales de octubre en una operación en la que también se realizaron registros en Allariz, Verín y Ourense.