A pesar del revuelo que convulsiona estos días la pequeña localidad de Viana do Bolo, el pleno municipal celebrado ayer en la casa consistorial de la localidad transcurrió con total normalidad. Durante algo más de media hora de los noventa minutos aproximados que duró la sesión, la corporación municipal debatió y votó sobre la cuestión toponímica puesta sobre la mesa por el concejal Jesús Salgado.

El único edil socialista de la corporación, frente a los tres nacionalistas y los siete populares, trasladó al pleno su iniciativa de transformar el topónimo de Viana do Bolo por el de Viana do Bibei o por despojar el "O Bolo" y simplificarlo a Viana.

Ante la atenta mirada de una decena de curiosos y en una sesión plenaria que, según los asistentes, transcurrió con tranquilidad, Salgado expuso las razones que lo llevan a plantear la necesidad de crear una comisión que redacte un informe jurídico e histórico para cambiar el nombre de la localidad. Apoyado en referencias rescatadas de documentación de la vida del territorio, el edil expuso su iniciativa que estaba recogida en el orden del día por lo que luego hubo lugar para el debate.

El concejal socialista hizo referencia a la implementación de la demarcación comarcal en la que figura la denominación "Viana" y por lo que entiende que igualmente debe ser denominada la capital de la comarca. Salgado explicó que hasta 1915 no hay constancia de la presencia de "do Bolo" y que existen aún referencias toponímicas posteriores en las que solo figura la denominación "Viana".

Tras debatir sobre esta cuestión durante una media hora aproximada, algo que desde la oposición consideran "anómalo" al hablar de la dinámica de los plenos municipales de Viana do Bolo ya que, según apuntan, todas las mociones se suelen despachar con más premura, llegó el momento de las votaciones.

Como si de una crónica de una moción anunciada se tratase, no hubo sorpresas para los integrantes de la corporación ya que el sufragio se saldó como todos preveían. Jesús Salgado se encontró sin el apoyo de ninguno de sus diez compañeros de corporación y vio naufragar su polémica iniciativa, aunque reconoce que ya está cansado de "oír que no es el momento, ni de esto ni de parchear los baches de las carreteras, por ejemplo".

El grupo popular encabezado por el alcalde Andrés Montesinos rechazó categóricamente la iniciativa basando su argumento en la "inexistencia de clamor popular". Ante esta consideración, Salgado señala que "si no hay consenso en que se celebre un referéndum no se le dará al pueblo voz para decidir sobre qué nombre quieren para su concello".

Por su parte, el edil nacionalista, Secundino Fernández, apunta que no hay lugar para un debate que consideran "estéril" ya que, según apuntan, "se trata de una cuestión que no está en la calle y que, por lo tanto, no hay porqué celebrar un referéndum". No obstante, el grupo nacionalista se mostró partidario de crear una comisión de historiadores para llevar a cabo un estudio "pausado" de los orígenes del topónimo del concello. Añaden que no pueden apoyar una "propuesta tan cerrada y directa".