Más presente que nunca. El poeta Celso Emilio Ferreiro recibió el homenaje de reconocimiento de las cultura gallega y de la sociedad en general en el centenario de su nacimiento. Fue en su tierra natal, en donde el mundo se llama Celanova, como reza esa leyenda que traspasa fronteras, y que es cuna de escritores e insignes personajes del mundo de las letras. Como proclamaron todos los que ensalzaron la figura de un hombre comprometido con su país.

Hasta la casa en la que nació el poeta, ubicada en la denominada cuesta de arriba, como recordó el presidente de la Real Academia Galega, Xosé Luis Méndez Ferrin, se trasladó la comitiva que encabezaba el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que además de destacar la figura de Celso Emilio Ferreiro, cuyo legado dijo está muy vigente, sentenció que "hay poetas que se acercan a la inmortalidad", para descubrir una placa conmemorativa.

Feijóo, que estaba acompañado por el hijo del poeta, Luis Ferreiro, el alcalde de Celanova, Antonio Mouriño, y Méndez Ferrín, que fueron los encargados de intervenir en el acto, aseveró que hace cien años que nació su poemario que sigue siendo "nuestro mejor libro de historia", y enfatizó en esa seña de identidad: longa noite de pedra, que se convierte en la "resistencia lírica", y por ende llevo a que denominase a Celanova como la "capital del lirismo gallego". Y señaló a Celso Emilio Ferreiro y a Manuel Curros Enríquez como los "cartógrafos de nuestro ser, los herreros que forjan nuestro sentimiento con la herramienta de las palabras, los que hacen hablar a aquellos que no podían hacerlo".

La luz del poeta

También aseguró el jefe del ejecutivo gallego que Celso Emilio Ferreiro "puso luz en la noite de pedra y nos enseño que el mundo puede estar en Celanova o en cualquier lugar de Galicia en donde haya alguien con alma de poeta". De ahí que trasladase un mensaje concreto a los poetas de hoy, en esa "necesidad de mantener a punto su sensibilidad porque de ellos depende en buena medida que ese vínculo espiritual que nos hace tan fuertes como pueblo tome aliento cada día".

Pero fue el hijo del poeta, Luis Ferreiro, el que recordó la "voz regia y contestataria" de su padre, que dijo "está vivo y presente en este acto, además de destacar que los actos del centenario de su nacimiento permitieron musicar 20 poemas nuevos.

Y como no podía ser de otra forma, su breve intervención la cerró declamando al cielo de Celanova unos versos del poeta: "Celanova ten un vento, un vento ten Celanova que bule, bule, é vai e ven...", dando esa pincelada de lirismo en día de fiesta.

Los actos del centenario cumplieron para el alcalde de Celanova, Antonio Mouriño, el objetivo marcado, y es "mantenernos fieles a la obra poética de Celso Emilio Ferreiro", y destacó especialmente el carácter popular de todas iniciativas que se llevaron a cabo, con lo que se rubricó la implicación de la villa ourensana con su poeta, cuya obra es un "patrimonio de calado histórico".

Por la calle arriba, pero hacia abajo, con dirección al auditorio, se dirigió toda la comitiva, entre los que se encontraban los miembros de la Real Academia Galega, que se sumó a los actos de celebración del Centenario del nacimiento del poeta celebrando su sesión plenaria extraordinaria en la que Celso Emilio Ferreiro, su vida y obra, se convirtieron en el principal protagonista.

Ferrín: "Sigue vivo y con el puño levantado, como lo recuerdo"

El presidente de la Real Academia Galega; Mendez Ferrín, evocó pasajes del "amigo, maestro y camarada" Celso Emilio Ferreiro, pero especialmente su apego a Celanova: "celanoveiro y erraizado a esta tierra", así como ese coraje que le convirtió, entre otras cualidades, en una referencia más allá del mundo de la cultura. Y es por eso que Ferrín no dudó en proclamó, con la fuerza de la palabra, que "sigue vivo y con el puño levantado, como lo recuerdo".

El que también se sumó al homenaje fue el secretario de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, que puso al poeta como ejemplo de "luchador contra la resignación, por las libertades y contra la injusticia social", siguiendo esa estela del "socialismo galeguista".

Entre las autoridades se encontraba el vicepresidente del Parlamento, Miguel Santalices, el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, el antecesor, su padre, José Luis, entre otros.