No era una iniciativa más, aunque en su momento se demoró en el tiempo su debate en la Comisión de Sanidad y Consumo del Senado, nada menos que cinco meses. Cuando el senador ourensano del PP y cardiólogo, Miguel Pérez de Juan, presentó, allá por el mes de noviembre de 2008, una iniciativa en la que instaba al gobierno Central a promover y fomentar la implantación progresiva de desfibriladores cardíacos en todos los espacios o centros de mayor aglomeración, estaba alertando sobre la necesidad de contar con instrumento que podría salvar vidas, como así ocurrió recientemente en un campo de fútbol, en este caso el pasado fin de semana en el Helmántico (Salamanca).

En aquel momento, Pérez de Juan, advertía sobre el déficit que existía en España, en torno a 5.000 desfibriladores en centros públicos, por lo que consideraba, consciente de las competencias que en materia de Sanidad tiene las comunidades autónomas, la necesidad de que en el Consejo Interterritorial se priorizase su implantación, así como que estos desfibriladores estén señalizados en las denominadas "columnas de Rescate" en lugares estratégico del mismo y que sean denominados como "Espacios cardioprotegidos".

Y aunque reconocía que no hay estudios técnicos que realmente hayan demostrado las vidas que se han salvado, sostiene Pérez de Juan que si hay evidencias claras de "la actuación en los primeros minutos y de salvar vidas en esos momentos". Y subrayó que el desfibrilador automático "da los pasos a seguir y lo puede hacer cualquier persona".

Estas y otras consideraciones se convirtieron en argumentos sólidos que apuntalaron una iniciativa que los socialistas votaron en contra, alegando que, casualidades de la vía, ese día el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto que regula el uso de desfibriladores fuera del ámbito sanitario.

La explicación de Pérez de Juan a la petición de "retirada" de la iniciativa por el PSOE estaba más que justificada, pues se tardó 5 meses en debatirla, con lo que "tenía un buen sentido" presentarla, ya que sirvió para que el Gobierno tomase una decisión.

El que sí apoyó la iniciativa fue el senador del BNG, Pérez Bouza, que aunque confía más en la atención de los profesionales, comentó que "sean bienvenidos todo tipo de artilugios que en un momento puedan favorecer la recuperación de un paciente".