Soy del Celta, del Deportivo y del Real Madrid, y digo esto antes de opinar sobre la situación anímica (?) por la que pueda estar pasando Cristiano Ronaldo, jugador del Real Madrid, en estos momentos.

De todo lo que se lleva escrito y hablado sobre lo de la "tristeza" que manifestó estar pasando el jugador, me quedo con lo publicado por Xosé Ramón Pena en su columna en las páginas de Opinión de FARO DE VIGO, que titula: "Tristeza nâo tem fim", quien da la impresión de conocer no solo la lengua portuguesa sino también la idiosincrasia del pueblo portugués.

Porque por ahí, y no por otras rutas, tales que la económica, pueden ir los sentimientos y consecuentemente las palabras de Cristiano. Un estudio antropológico del ser portugués podría serles muy útil a todas las personas que traten de definir la forma de ser -en términos generales- del pueblo luso, como asimismo la de los franceses, italianos, alemanes, etc.

Por el año de 1960, un matrimonio catalán que en viaje turístico por el resto de España y Portugal me comentó a su regreso que al ir a entrar al país vecino le llamó la atención el gran letrero que decía: "Portugal nom é un país pequeno". Igualmente hay anécdotas y hasta chistes sobre el orgullo que sienten las buenas gentes y también buenos patriotas, cuya sana ilusión es sentirse ciudadanos de esa gran nación que es Portugal.

Aplaudo esa actitud del ciudadano portugués, y hasta siento una sana envidia y pena de que en algunas regiones de España haya gentes que tienen poca vergüenza y menos dignidad para manifestarse en contra de su nación, negando que pertenezcan a ella, solo porque unos cuantos iluminados vean visiones de grandeza, si España les "dejara cabalgar" en su borrico, despreciando la posibilidad de seguir montados en un caballo, con todas las garantías de futuro, grandeza y prosperidad.