Opinión

Cuatro Cosas

Más allá de la especulaciones, la realidad del bienio que O Noso Presidente acaba de cumplir en el cargo ha sido positiva. Es más, algunos le han dicho a avecilla que el nivel resulta “espectacular” aunque tampoco sea preciso exagerar. Lo demostrado hasta el momento tiene dos referencias notables: una, que su señoría puso firmes a todos los estamentos del entorno, y, otro, que los citados estamentos ya saben quien manda de verdad. Otra, que como dijo el pajarillo, hay muchas conversiones a la nueva jerarquía. Y sin rechistar. Ojo...

Eso no lo discute ya nadie en la banda de estribor. En cambio en el rojerío sigue acuñándose el tópico de que “Rueda trabaja para Feijóo”, lo que a día de hoy solo es cierto en cuanto tiene de lógico. O sea, que en un partido haya apoyo pleno a quien lo preside, en vez de –como en el PSdeG– ocurre, que no es sino una guerra de taifas, aunque Besteiro progrese en su idea de poner prietas las filas. Y conste que no va con segundas esto que se dice: es que ya logró que incluso Gonzalvus mida tanto sus intervenciones que las reduce a simples cifras post electorales. ¿No...?

Eso sí, que le benefician si se comparan con las de ahora. De ahí que la pacificación interna aún no se haya conseguido del todo. Aparte de que no hay muchos voluntarios para encabezar el maquis desde que la orden valentiniana renunció a las ventajas de gobernar la organización y su prior –mucho más listo que casi todos los demás– se quedó donde manda de verdad, y el voluntariado para formar una corriente crítica ya apenas da señales de vida. Lo que no quiere decir que llegó la paz: ni la eterna ni la otra. Uyuyuy.

En otro orden de cosas, pero sin alejarse mucho de lo sociopolítico, Anacleto aconseja que estéis atentos a la pantalla. Se aproximan acontecimientos en el mundillo municipal. Es decir, el horizonte ofrece un panorama en el que los intentos de moción de censura superan ya el quinteto. Es decir, que el balance que se hizo tras las elecciones locales no fue definitivo. Como siempre aquí, aunque algunos se empeñen en jurar sobre la Biblia su fidelidad a los respectivos alcaldes. Y que nadie se ponga nervioso: los afectados son pluricolores. ¿Capisci...?