Opinión | Crónica política

Las garantías

A estas alturas es poco probable que se discuta con quien defienda la opinión de que en este Gobierno que preside el señor Sánchez abundan los ministros “prometedores”. Claro que no tanto en el sentido esperanzador referido a que se espera de ellos algo muy meritorio, sino en el de que prometen demasiado y muy a menudo. Y lo que es peor aún, casi nunca cumplen con la palabra dada.

(Hay casos en abundancia, y alguno tan reciente –y reveladores– los protagonizó el inefable titular de Transportes quien, después de meter la pata anunciando reiteradamente la llegada de trenes y vagones, además de otro material ferroviario a Galicia y fallar, aseguró que “jamás volvería a repetirlo”. El problema es que eso ya lo había dicho antes, con lo que su credibilidad es más bien escasa. O nula.)

El ejemplo más reciente estuvo a cargo de otro ministro, el de Industria y Turismo, llega a través de sus declaraciones a FARO sobre Stellantis, la factoría automovilística más importante de España. Con desparpajo, su señoría aseguró que la fábrica de Balaídos vería muy pronto sus demandas atendidas, como el enganche a la red eléctrica MAT, que lleva cuatro años esperando a pesar de que eso pone en juego su continuidad en Vigo, que la empresa ya advirtió.

Tampoco estorbaría que aclarar a qué se refiere cuando anuncia un tercer PERTE que favorecería a Stellantis, sobre todo a la vista de los dos anteriores. Y de las decisiones de llevaron a Levante y Aragón instalaciones que este Reino reclamaba para completar su sector de automoción. Por eso sería conmovedora escuchar al señor Hereu explicar qué entiende por “pronto” y por “ayudar”. Dejando a un lado, para después, otras cosas.

Ya puestos, quizá no estorbaría alguna cita a la extraña actitud de algunos “garantes” de las promesas y/o compromisos gubernamentales, que certifican que todo se cumplirá a pesar de ser consciente de que, con esta Moncloa, nadie puede estar seguro. Y, mientras, Stellantis amplía o instala fábricas por medio mundo. Donde le dan seguridad política y garantías jurídicas. Mientras, aquí hay muchos que sólo miran y hablan. Seguramente por eso pasa lo que pasa.