Opinión | Crónica Política

La ocasión

A simple vista, y sin entrar en otras discusiones, seguramente podrá compartirse la opinión de quien escribe acerca de la magnifica ocasión que se presenta en la política gallega para buscar algún tipo de gran acuerdo entre los dos principales partidos parlamentarios al objeto de lograr soluciones para los principales problemas de hoy y de mañana, se habla por supuesto de la crisis demográfica, la transición ecológica o la reindustrialización del país. Y podrían añadirse otras causas que son claves para el futuro y que por ahora están en el limbo de las ideas.

La hipótesis, que algunos consideraran utópica, se fundamenta en que aun del todo opuestos, PPdeG y BNG tienen en este momento la llave y la mayoría para poder abordar cuestiones de gran calado. A las citadas, puede añadirse la reforma del Estatuto actual vigente, reclamada por los nacionalistas y también por una parte de la sociedad gallega. Es posible un entendimiento de base, muy parecido al que estuvo a punto de lograrse en la legislatura 2005/2009, que se frustró por la oposición de última hora que mostraron los populares. Y habrá que volver sobre ello, si de verdad se quiere actualizar la carta magna de Galicia.

Conste que nada es imposible en política, aunque ya se han visto aquí torpedear principios de acuerdo en teoría imposible, pero en la práctica casi hechos cuando trabajan dos cerebros importantes para conseguirlos. No está de mas recordar que hubo una ocasión para llegar a algo extraordinario: un acuerdo básico entre los señores Fraga y Beiras. Y no es fantasía, sino historia de lo que casi pudo ser, pero no fue por circunstancias ajenas a las personas, y donde hay un precedente, o casi, puede repetirse la hipótesis.

(Hablando de hipótesis. Lo que se expone es difícil pero no imposible si se tiene en cuenta que la mayoría necesaria para los grandes cambios se da entre PPdeG y BNG, lo ideal sería que ante un posible gran acuerdo –procede insistir en que sería de base– se uniesen los socialistas gallegos, sencillamente porque en el fondo y en la forma se trataría se hacer país. Esa es la necesidad más urgente que tienen planteadas gallegos y gallegas porque la división y enemistad entre los partidos políticos a nada conducen a medio plazo.

Una última observación. El papel del PSdeG, durante tantos años equilibrante y básico tendría ahora un rol en apariencia mucho menos importante. Ocurre que la socialdemocracia necesita, siempre desde un punto de vista particular, una revisión más a fondo de lo que se cree, sea en Galicia o en Portugal. Los resultados electorales del país vecino lo ratifican así, por más que algunos interpretadores hagan juegos malabares para disimilar lo que no ha sido allí mas que una derrota de la que tendrían que tomar buena nota los de aquí. También es una ocasión, la portuguesa, para el PSdeG.