Una buena oportunidad
La economía gallega tiene los mejores cimientos para apuntalar su futuro. A la solidez de sus sectores tradicionales, como la pesca, el naval, el agroalimentario, la madera, el textil, la automoción o el turismo, se suma el enorme potencial de desarrollo en los sectores de la nueva economía digital y verde, como las TIC, la economía circular o las energías renovables. Pero contamos, además, con un tercer punto de apoyo, el que brinda el equilibrio definitivo a la ecuación, el que hace de Galicia una rara avis y nos distingue como un lugar donde invertir y emprender: la estabilidad.
El pasado 18 de febrero, la ciudadanía gallega volvió a confirmar su voluntad de afianzar esa estabilidad. Ahora es momento de que las empresas respondamos a la oportunidad que ello nos brinda de generar riqueza y mayores cotas de bienestar en nuestra Comunidad. La estabilidad, un bien escaso en los tiempos que corren, es un factor esencial para que florezcan los proyectos empresariales que han de lanzarnos hacia la transformación de nuestro modelo productivo, para ganar el espacio que nos corresponde en la nueva economía.
En ese camino, hemos de ser capaces de orientar todos los esfuerzos hacia el desarrollo de nuestras fortalezas endógenas. En sectores como la energía o los combustibles verdes estamos llamados a ser una potencia en Europa por la ventaja extraordinaria que nos aporta la riqueza de nuestros recursos naturales. Los elementos, el agua y el viento, juegan a nuestro favor por primera vez en la historia. Somos un polo de atracción de primer nivel para las industrias de la economía verde.
“El pasado 18-F, la ciudadanía volvió a confirmar su voluntad de afianzar la estabilidad de un lugar, Galicia, donde invertir y emprender”
Es por ello que no se entiende la insistencia de algunos en ponerle “cancelas” a ese viento indispensable para alimentar las nuevas industrias, o a las minas que aportan materias primas fundamentales; ambos sectores cruciales para avanzar en los objetivos del Pacto Verde Europeo.
Tenemos a nuestro alcance avanzar en un proceso de reindustrialización en el que debemos aspirar a alcanzar el 20% de PIB industrial. El camino hacia esa cifra virtuosa en la industria implica también para las pymes, que configuran el grueso de nuestro tejido productivo, la oportunidad de construir todo el ecosistema de actividades auxiliares y de servicios necesarios para darle soporte. Una tarea en la que desde la Cámara de Comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía queremos acompañarlas.
Tenemos proyectos industriales estratégicos en toda Galicia, no solo ligados a las renovables y los biocombustibles, sino también en la economía circular, el forestal, el agroalimentario, y en otros sectores de alto valor añadido, que permiten acariciar con los dedos ese futuro. Ahora es urgente despejar el camino de trabas para que prosperen estas iniciativas: facilitar y acelerar su acceso a los fondos europeos, y garantizarles energía e infraestructuras a la altura.
En ello hemos de trabajar de la mano las empresas y la Administración, desde una orientación estratégica en cada sector que guíe esa confluencia de esfuerzos que solo es posible en un marco de estabilidad como el que tenemos asegurado en Galicia para los próximos cuatro años. Es una buena oportunidad. Tal vez la mejor que vayamos a tener nunca.
*José García Costas es presidente de la Cámara de Comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía
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