Cuatro Cosas

Bueno, a ver si nos entendemos: la oferta que le hizo Yolandinha a Martiño Noriega fue que sumase a Sumar, el último invento –por ahora– de la vice y ministra de Trabajo. Se le dijo, parece, que podría entrar directamente el politburó, pero lo de la candidatura a la presidencia de la Xunta es harina de otro costal. Entre otras cosas, y por lo que le cuentan a avecilla, porque podría no presentar a nadie: al fin y al cabo todo quisque sabe que en caso de apuro apoyaría a Xotaerre. O sea, a Besteiro. ¿Eh?

Por lo demás, no habrá muchos náufragos de las Mareas en ese equipo. Entre otras cosas porque apenas quedan, y los que hay están más dedicados a lo municipal que a lo autonómico. Sucede algo parecido con los de Compromiso por Galicia, que aún son muchos menos que los otros, y que ya están para la extremaunción. O sea, que la ministra tendrá que echar mano de los suyos que no salieron diputados en las últimas elecciones generales. Y tampoco son optimistas en las gallegas que vienen. Ojo.

Entre tanto la fontanería del PPdeG se las promete muy felices tras la notable afluencia a las manifestaciones convocadas por O Noso Ex. A falta de las últimas encuestas que ya se están preparando los alfonsinos esperan que la indignación contra los petrusianos consolide la mayoría absoluta con la que cuentan. Pero deben ser muy prudentes: ya se sabe que los sondeos por encargo son como las armas, que las carga el diablo. Los más sensatos de la corte jacobea aconsejan prudencia, mucha prudencia. Ojo.

En Génova street hay, parece, un ambiente de optimismo. Anacleto supo, en fuentes del lobby gallego, que allí esperan una legislatura corta, porque convivir con Puigdemont es parecido a hacerlo con el Ku Klux Klan. Y es que, por si alguien lo había olvidado, el ahora resucitado es un supremacista con libro propio y publicado. Claro que de eso los actuales inquilinos de Moncloa “no se acuerdan”. Es decir, para ser exactos, no les conviene recordarlo porque van a depender de él por completo. ¿Capisci?

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