Crónica Política

Las expectativas

Javier Sánchez de Dios

Javier Sánchez de Dios

Expuesto con franqueza, las reuniones recientes entre las organizaciones empresariales del Noroeste y altos cargos del Ministerio de Transportes empiezan ya a suscitar una cierta desconfianza. O para ser exactos, algo más que “cierta”. Y no solo en la Xunta de Galicia, sino al menos extrañeza en sectores importantes de la sociedad gallega ajenos a la CEG. Y la razón de esa suspicacia son las reuniones mismas. Da la impresión de que o el Ministerio no se explica bien o la información que proporciona no es suficiente.

Hay más hipótesis, desde luego, pero no se trata tanto de especular cuanto de insistir en algo que, por más que se repita, nunca parece suficiente: el Corredor Atlántico de Mercancías es tan importante para el Noroeste, y se han dicho acerca de su proyecto tantas cosas distintas –pero nunca, por ejemplo, se ha garantizado fecha de inicio y mucho menos de apertura de servicio– que a cualquier observador se le hacen los dedos huéspedes a la mínima duda. Y desde el Gobierno central se han dicho tantas cosas, y todas tan distintas, que esa hospedería está repleta de incógnitas.

No sólo ocurre a causa de quienes hoy dirigen los asuntos del Estado, conste, sino también de otros anteriores. En cualquier caso, las explicaciones del secretario de Estado a las patronales siguen siendo tan confusas como las que proporcionó en la reunión de Santiago, meses atrás. Primero porque insiste en que ya hay obra en ejecución, algo que no consta, como tampoco se ha sabido demasiado acerca de los procedimientos de licitación y, en su caso, de adjudicación. Pero especialmente hay una incógnita que no se despeja: la de cuándo será el remate del proyecto.

Es cierto, desde luego –y así se ha dicho muchas veces– que resulta más fácil criticar que gobernar. Y también conforta que, por ejemplo, el presidente de la CEG saliese de la reunión de hace apenas horas, en apariencia satisfecho a pesar de reconocer “algunos retrasos”. Pero, respetando la opinión del señor Vieites, la hora de la diplomacia ha pasado ya. Y es del todo necesario que Galicia –y su gobierno, por supuesto– además de Asturias y Castilla León, tengan una referencia clara del proyecto y de su remate: hasta ahora, ha habido discrepancias acerca de las fechas de la UE, sin ir más lejos, el Gobierno español e incluso el francés en lo que a sus tramos corresponde.

Eso, sencillamente, no es alentador para quienes llevan esperando demasiado tiempo a la vez que observan como otros proyectos –el Corredor Mediterráneo, por ejemplo–, no solo avanza rápido sino que al mínimo retraso, reacciona y le atienden. Un detalle que deberían tener en cuenta las fuerzas vivas de este lado peninsular al igual que, expuesto desde el respeto, habría que tener en cuenta, en las reuniones que se han comentado, a Portugal, cuyo gobierno ha apostdo fuerte por el Corredor y por Galicia. Eso no debería olvidarse, como parece: mejorarían las expectativas.