Artículos de broma

Aceite de oliva virgen y caro

Javier Cuervo

Javier Cuervo

Sigue la sequía, se produce la mitad de aceite de oliva virgen que el año anterior, aumentan los costes un 35%, en mes y medio de este verano subió el precio del litro un 15% (la botella que anda por los 8,5 euros llegará a los 10) y tanta gente está dejando de comprarlo que se vende la mitad que en 2022. Siempre hablamos del pan, que me acaban de encarecer el 5% de un día para otro, de la gente que le hace subir el precio cuando habla o, como Vladimir Putin, cuando dispara sobre Ucrania, pero en España existe un índice del aceite de oliva que mide la economía doméstica. La aguja de ese indicador ha entrado en la zona roja.

El olivo, ese árbol de tronco retorcido y copa gris que parece necesitar ayuda psicológica, tiene entre 20 y 40 millones de años, hace 100.000 que nos da de comer aceitunas; 6.000 que lo cultivamos para comer y mucho que su rama representa la paz. En la España empeñada en la diferencia territorial el olivo une lo que se llamaba el Levante con lo que va del sur de Madrid al mar. El aceite de oliva es el combustible de nuestros fritos y el lubricante de nuestros crudos, la madre oleosa de la dieta mediterránea en el motor de explosión de nuestro estómago. En el imaginario nacional un apellido tan catalán como Carbonell se fue de Alcoy (Alicante) a Alcolea (Córdoba) y su aceite se encarnó en la estampa de la andaluza de flor y peineta en el pelo que sostenía una rama de olivo con la gracia de ponerse a bailar sevillanas.

Vemos la marcha de España en la lata de aceite que pasó a botella y botellín. Cuando el aceite se volvió inalcanzable era posguerra, cuando se incorporó a las cestas de Navidad era el desarrollismo, cuando se usó con más ligereza en la sartén y mudaron sus proporciones en el aliño de la ensalada LTC (lechuga, tomate y cebolla) llegó la prosperidad y ahora, en el liberalismo de las diferencias sociales, aumenta el consumo de aceites pijos en frasco de colonia y baja el de virgen extra en las cestas de la compra. Cuando el aceite de oliva deja de entrar en la despensa la clase media sale por la ventana.

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