El desliz

Edurne y De Gea, las grúas son tendencia

Pilar Garcés

Pilar Garcés

Después de 12 años de relación y una hija en común, la cantante Edurne y el futbolista David de Gea se dieron el sí quiero el fin de semana pasado en la bucólica Menorca. En la imagen más difundida de la pareja, ella con un precioso vestido bordado palabra de honor de Elie Saab y él, con un traje verde de Félix Ramiro, posan sonrientes para la prensa en la entrada de las Canteras de S’Hostal (Líthica), un espacio natural cargado de historia, con un jardín botánico, laberintos verdes y sorprendentes elementos de piedra ubicado cerca de Ciutadella donde se celebró el enlace, pero lo hacen con el horroroso fondo de una grúa de obras de tamaño desproporcionado. Jolín con la reserva de la biosfera, cómo les han crecido los cardos borriqueros mecánicos por aquellos lares.

Un joven matrimonio archiconocido y glamuroso que se presta a dejarse tomar unos retratos de boda que darán la vuelta a Europa podría considerarse un regalo promocional para la isla balear. ¿Qué más se puede pedir, la rubia estrella ex de “OT” y el portero de primer nivel en ese día inolvidable de sus vidas que eligen Menorca para disfrutarlo? Y sin embargo, la foto nupcial de marras ha cosechado tal cantidad de comentarios jocosos y lacerantes que posiblemente haya generado un efecto adverso. Los memes que sitúan a los recién casados en descampados, vertederos, desguaces, minas abandonadas, ciudades bombardeadas y estercoleros varios se han sucedido en las redes sociales, que no perdonan. Pero chicos, ¿no había un sitio más feo? ¿Ni siquiera un campo de golf? ¿Y qué tal borrar la grúa con medios técnicos y ponerle un mar de fondo? Tal vez pretendían simbolizar que al deportista le espera un futuro más centrado en sus negocios inmobiliarios ahora que el Manchester United, el equipo en que ha militado los últimos años y para cuya afición es un héroe, no le ha renovado el contrato, y está libre para hacer las Arabias o lo que prefiera.

"Hay que ser un aguerrido 'influencer' experto en escalada para conseguir una foto sin acompañamiento del mamotreto constructor"

Pero el recochineo es injusto. Quien no patee las Baleares ignora que las grúas constituyen la especie arbórea más abundante en los últimos tiempos en las islas. Invasiva, o autóctona, depende de quien la maneja. Cuesta trabajo hacerse una foto y que no aparezcan al fondo con sus siluetas impactantes. Es directamente una heroicidad. Más presentes en nuestro hábitat que los árboles, hay que ser un aguerrido influencer experto en escalada para conseguir una foto sin acompañamiento del mamotreto constructor. Algunos tienen ruedas y te persiguen por las calles de cascos antiguos, barrios marineros y pueblos recoletos con sus brazos kilométricos que suben y bajan tochos de hormigón y palés de ladrillos. Si se desea una instantánea idílica, cabe agenciarse uno de esos carteles publicitarios con los que nuestras autoridades venden unos paisajes en peligro de extinción, con calas vacías y laderas de bancales sin una sola grúa.

No fue un problema de Edurne y David de Gea, que no saben elegir dónde se colocan para que no salga la grúa; muy por el contrario, las grúas son tendencia en el archipiélago y más que lo van a ser. Bajo el actual mantra del crecimiento y el antiprohibicionismo, florecerán todos los urbanizables dormidos los últimos años y despertarán las pocas hormigoneras que quedaban en la reserva. Basta de liberticidio en lo que al cemento se refiere. Que no vaya a quedarse ninguna pareja enamorada sin su foto de bodas con grúa al fondo.

Suscríbete para seguir leyendo