EDITORIAL

FARO da Escola, un proyecto de sociedad forjado en las aulas

Gala de entrega de premios en la última edición de FARO DA ESCOLA

Gala de entrega de premios en la última edición de FARO DA ESCOLA / Ricardo Grobas

Acostumbrados a ver el vaso medio lleno, en no pocas ocasiones no le damos la importancia que se merecen, o sencillamente ignoramos, otros muchos elementos que nos invitan al optimismo. En el ámbito educativo las malas noticias, las desalentadoras, aquellas que apuntan a conflictos, problemas, reclamaciones o carencias son tratadas por los medios de comunicación con mayor relevancia tipográfica que otras que dibujan un paisaje diametralmente opuesto. Y aquí todos, en primer lugar, los propios media, debemos entonar el mea culpa. Porque si bien tenemos la obligación de recoger y ser altavoz de las demandas y las reclamaciones de los diferentes colectivos –los educativos y cualesquiera otros– para coadyuvar a una solución, también tenemos la responsabilidad de ser notarios de todas aquellas otras noticias que nos permiten visualizar un mundo mejor.

Sin duda, entre los grandes proyectos impulsados en los últimos años en el mundo educativo FARO da Escola merece ocupar una posición preeminente. Su valor trasciende el perímetro de las aulas. Su éxito no radica exclusivamente en la participación decenas de miles de alumnos y cientos de profesores en la confección de un periódico durante ocho ediciones_–la gala de entrega de premios de la última se celebró el pasado martes-. El impacto de FARO da Escola va mucho más allá de unas cifras espectaculares. Es la conformación de un universo en el que conviven conocimientos, herramientas tecnológicas, valores y principios. Es una experiencia creativa única que discurre a lo largo de todo el curso académico.

Porque FARO da Escola cultiva y potencia entre el alumnado aspectos tan valiosos como la curiosidad, el trabajo en equipo, la búsqueda, la escucha del otro, la valoración de lo que se escucha, la redacción –es decir, la construcción de un pensamiento–, la relación con un mundo en ocasiones próximo y lejano en otras, que en unos años será su mundo real... Y todo ese proceso –complejo, dinámico, enriquecedor, inteligente, dialéctico, reflexivo, formado por decisiones, aciertos y errores...– se traduce finalmente en un periódico. El periódico del colegio. Su periódico.

Un diario es, simplificando mucho, un puzle que se construye cada día. Un puzle construido a partir de una selección de aquellas noticias, reportajes, entrevistas, opiniones, imágenes, en definitiva, por todas aquellas historias que merecen la pena contarse y conocerse. Que consideramos que nuestros lectores deben conocer. Ese puzle es también la construcción de un universo informativo en el que la sociedad se mueve. Un universo edificado sobre sólidos cimientos: honestidad, credibilidad, profesionalidad, rigor...

"Durante todo el curso, los escolares viven una experiencia extraordinaria pero también se imbuyen de los valores que ayudan a construir una comunidad"

Aunque quizá todavía son demasiado jóvenes para saberlo, los chicos y las chicas que durante meses se han esforzado para editar sus propios periódicos se han sumergido en una experiencia única. La mayoría admite que se ha divertido. Y es fantástico, porque éste es uno de los objetivos fundacionales de FARO da Escola. Otros admiten que la tarea fue más ardua de lo que inicialmente creían. Estupendo. Porque la cultura del esfuerzo y de la recompensa hay que interiorizarla desde bien pronto. Y todos reconocen que en el éxito ha sido fundamental la labor, la tutela, el compromiso y la dedicación –y la paciencia– de sus profesores. Extraordinaria noticia. Porque el papel de los docentes es absolutamente determinante, no solo como propagadores de conocimientos, sino como formadores de ciudadanos.

FARO da Escola tiene una deuda impagable con los cientos de profesores que durante estos años se han sumado con pasión a esta aventura educativa. Sin ellos, sin su aportación, constancia y entrega, nada de esto sería posible. El proyecto hubiera acabado arrumbado en ese enorme cajón que acoge las grandes ideas que nunca se realizarán.

Con ese encomiable apoyo de profesores, patrocinadores –Concello, Diputación, Vegalsa, Vitrasa y FCC– y colaboradores –Edicións Xerais y Consejo Superior de Investigaciones Científicas–, los niños viven una experiencia educativa extraordinaria, pero lo que es más importante se imbuyen de valores que son los que en realidad forjan una sociedad mejor. El primero de todos ellos el de la libertad.

Porque poseer buena información, saber buscarla y encontrarla, ser capaces de escuchar puntos de vista diferentes, aprender a detectar las fake news o las informaciones interesadas, comprender que en la vida real casi nunca existe la certeza definitiva, la verdad absoluta, que todo es más complejamente maravilloso o endiablado... Cuando uno entiende todo esto, cuando ha sido capaz de llegar a dotarse de información veraz, creíble y honesta, entonces tendrá un criterio propio bien fundado. Y si es así, será un ciudadano verdaderamente independiente, un ciudadano libre.

Y esta es la misión que nos lleva a los profesionales de FARO DE VIGO a salir todos los días, desde hace 170 años, a la calle. A buscar lo que a ustedes realmente les puede interesar, aquello que quieren saber, o aquello que no sabían pero que es importante que conozcan. Y con todo ese material, al igual que lo han hecho una vez más los niños y profesores participantes en FARO da Escola, tratamos de componer el mejor puzle informativo posible.

opinion@farodevigo.es