La moral del corredor de fondos 

Pedro de Silva

Pedro de Silva

¿Dominan el mundo esos fondos de inversión que pueden echar abajo un gobierno? En cierto modo sí, pero ¿quién hay detrás? Todos tienen una cara, la de su primer ejecutivo, aunque suele ser de esas que parecen decir: no hay nada personal, hago mi trabajo, soy un mandado. ¿En qué consiste ese trabajo y quién le manda? Simplemente en que el dinero no vaya a menos, sino a más: máxima rentabilidad con mínimo riesgo, y le mandan los dueños del dinero. Ya, pero, ¿de quién es el dinero? Hay grandes fortunas, claro, pero es sobre todo de millones y millones de pequeños ahorradores, mutualistas y pensionistas, o de un país con millones de súbditos. Tiene uno cuatro duros en el banco y en cuanto intenta no pagar por tenerlo ya está en un fondo, o sea, detrás –aunque con tanta voz y voto como la oveja tras el pastor– de ese señor de gesto inexpresivo que dice que es solo un mandado. ¡Uf!

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