Crónica Política

Las obviedades

Javier Sánchez de Dios

Javier Sánchez de Dios

Hay veces, aunque no muchas, en que las obviedades –en traducción libre, afirmar como novedad algo que todo el mundo conoce ya– no son lo que parecen, sino que pueden esconder alguna intención paralela a la aparente. E incluso mensajes en clave dirigidos as una parte de los que escuchan o atienden. Ese es probablemente el caso de lo dicho por una destacada militante del PSdeG y en la actualidad secretaria de Estado, doña Pilar Cancela, en su día también integrada en el entorno gubernamental de la Xunta bipartita como directora general y más tarde presidenta de la junta gestora del socialismo gallego. Es decir, persona de calidad política fuera de duda y experta en los entresijos que conllevan las responsabilidades de partido.

Esas virtudes, y otras, argumentan la opinión que expone este ciudadano que les escribe: que, conociendo como conoce la organización y a sus dirigentes, resulta obvio para cualquiera que ha de saber que el candidato socialista a la Xunta se elige, en su momento, mediante unas primarias entre la militancia. Y, por tanto, también el refrán que aconseja no poner el carro antes que los bueyes: quizá podría haber escogido otro que no mencionase a los animales, pero lo hizo, y también es obvio que sabía de sus posibles interpretaciones. Como en su día un alto cargo orgánico, el secretario general del PSdeG afirmó, refiriéndose al señor Gómez Besteiro, que “cuando se tiene a un Messi hay que ponerlo a jugar”. Otra obviedad, pero con un mensaje claro.

La frase de la señora Cancela, siempre desde un punto de vista particular, contiene otro, acaso en sentido contrario. Asegurar lo que aseguró, también obvio, tiene una lectura que puede interpretarse con otra teoría: la de que doña Pilar está diciendo que antes de dar algo como hecho, y cantar por anticipado una victoria, hay que esperar a que se cumplan los trámites –sobre todo las primarias–, no sea que el presunto candidato favorito pierda el paso o le salga un rival que pueda echarle un pulso con éxito. Y conste que en el socialismo gallego de ahora mismo hay nombres que, de presentarse –hipótesis a día de hoy poco probable– no sólo plantarían cara, sino incluso ganarían el envite.

Conste que cuanto queda expuesto no es en absoluto eso que algunos llaman “típica especulación periodística”. La tarea, compleja, que ha traído de vuelta a la política gallega a un valor indiscutible –y prudente, ya que hasta hoy no ha dicho “esta boca es mía”– ha sido descrita con detalle hace apenas unas horas en un brillante trabajo de la subdirectora de este periódico y por tanto ha dejado de ser una incógnita. Y cuando hay datos, no cabe ni especular, ni adular o simplemente enviar mensajes que puedan leerse en clave de rivalidad o rechazo. Lo mejor para el PSdeG, y para Galicia, de cara a su cita electoral, es cerrar filas en torno a sus dirigentes y candidatos y parecerse lo menos posible a la coalición gobernante.

(En este punto, y para matizar la afirmación acerca del silencio de don Xosé Ramón, procede recordar que, en efecto, algo dijo en su toma de posesión. Sobre todo desde el sentimiento cuando citó su calvario judicial –soportado con esfuerzo personal y familiar, como hicieron no pocos políticos gallegos de todos los colores, también agraviados por una autoridad judicial que mereció sanción–-, pero es constatable también que se refirió poco a Galicia como elemento a defender. Al igual que es lógico que lo haga con las políticas de su partido, por discutibles que resulten algunas cuando se manejan datos ciertos y no dimes y diretes más dignos de Antoñita la fantástica que de políticos con responsabilidades. Quizá ese punto de vista se deba a la institucionalidad del acto de su toma de posesión. Ojalá que sea así y el señor delegado eleve sustancialmente el listón que dejó su antecesor. Sería bueno para todos, incluido el PSdeG.)

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