“Sentimos las molestias” y la epigenética

Mientras estaba viendo en la televisión la magnífica serie Sentimos las molestias, una excelente comedia que ironiza sobre lo que implica hacerse viejo, comencé a reflexionar sobre la epigenética.

Los dos personajes principales de la serie son músicos. Rafael Jiménez, un viejo rockero interpretado por Miguel Rellán, y Rafael Müller, un prestigioso director de orquesta sinfónica interpretado por Antonio Resines. Pensaba mientras veía la serie que la partitura de una obra musical siempre es la misma, pero cada director de orquesta hace que la música que emana de la partitura se exprese de una manera diferente. Lo que el espectador percibe es una expresión determinada de la partitura escrita. La partitura siempre será la misma, pero distintos directores harán que el espectador reciba la música de manera diferente. Esto, soy biólogo, me recordó la genética y la epigenética.

La genética estudia cómo se transmite la herencia biológica de generación en generación mediante el ADN. Las instrucciones genéticas están escritas mediante las secuencias del ADN. Para cada individuo son únicas e inamovibles. Son la partitura.

La epigenética ('más allá de la genética') se refiere a los mecanismos que rigen la expresión de los genes sin que se produzca una modificación del ADN que los compone. No se varía la partitura, pero se puede variar la forma de expresarla. Esto fue lo que me hizo recordar al director de la orquesta.

Al parecer, el medio ambiente, la alimentación y otros factores pueden producir modificaciones químicas que condicionen la expresión de los genes, incluso su activación o desactivación, sin que se altere la secuencia del ADN. Estos cambios pueden ser permanentes para el individuo, pero, en ciertos casos, pueden ser reversibles e incluso, al parecer, pueden ser transmitidos por herencia a las siguientes generaciones.

El caso que más se suele citar es el de los gemelos genéticamente idénticos que pueden ser físicamente distintos si desde muy pequeños viven en ambientes muy diferentes. También es muy conocido el caso de las abejas que con el mismo ADN simplemente cambiando la alimentación de las larvas pueden ser obreras, si se alimentan con jalea real únicamente durante tres días, o ser reinas si se alimentan con jalea real durante más tiempo. También el caso de cierto tipo de hormigas, que manteniendo su código de ADN pueden pasar de ser obreras a ser soldados si las circunstancias lo requieren y volver a ser obreras si las circunstancias vuelven a cambiar.

La posible transmisión por herencia de las modificaciones epigenéticas es quizá aún más sorprendente y aún no está suficientemente estudiada. Pero se cita con frecuencia el estudio del caso de los descendientes de los prisioneros de la Guerra de Secesión de los Estados Unidos que, al parecer, vivieron menos y con más enfermedades que los descendientes del resto de los soldados.

La epigenética está en pleno desarrollo ya que, entre otras cosas, puede dar claves sobre cómo prevenir ciertas enfermedades, especialmente ciertos tipos de cáncer, sobre la obesidad, la ralentización del envejecimiento, etc. Bueno, me vuelvo a la televisión a ver otro capítulo de Sentimos las molestias.

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