DESDE MI ATALAYA

Prensa marinense

Como continuación del artículo de la semana pasada, traemos hoy a nuestro comentario otro de los periódicos publicados en nuestra villa, que salió unos días después del “Eco de Marín”. Concretamente era “La Voz del Morrazo”, que tal como relata el historiador José Torres Martínez en su libro sobre la “Historia de Marín”, salió a la calle el 18 de marzo de 1897, es decir hace 126 años, finalizando el siglo XIX. Era un periódico bisemanal, que se publicaba los martes y jueves, entre los meses de julio a octubre, publicó varios números ilustrados, y que tuvo una corta vida, pues dejó de editarse el 28 de diciembre del mismo año. De carácter liberal, progresista y anticlerical, por lo que tuvo disputas con el “Eco de Marín”, entre ellas por la campaña que hizo en defensa de la autorización para que se construyese la actual Capilla Evangélica. Fue dirigido por José Barral Campos, afamado periodista y escritor, que había escrito dos relatos para la revista “Tía Catuxa” (“O amigo San Pedro” y “Sabe mais o portugués”), fue también redactor de “La República” y FARO DE VIGO, así como corresponsal del “Imparcial” de Madrid, muriendo en Vigo el 3 de mayo de 1904.

Más tarde, en enero de 1902 sale a la calle “El Bien”, semanario católico que tenía como objetivo la defensa del dogma ante la doctrina del protestantismo, que se había introducido en nuestra villa. En sus páginas, con apología contundente, defiende la formación católica de la juventud, siendo realmente el órgano del Patronato Católico de la Juventud, instituto creado para defensa de la fe y la moral cristiana. El semanario fue dirigido por el sacerdote Serafín Tubio Costa, que lo hizo durante cuatro años, librando una valiente campaña contra el sectarismo, al tiempo que haciendo una eficaz información. El semanario desaparece con la muerte de su director, que, tras una penosa enfermedad, fallece en 1906 a los treinta y tres años de edad, después de realizar una gran labor entre la juventud marinense, entre la que dejo un grato recuerdo. La coincidencia de este semanario con “El Marinense”, que dirigía Sabas Cata, permitió disponer de una dualidad informativa, que aparte de su antagonismo, uno católico y otro anticlerical, estimuló la atención de los marinenses. Y así nació la copla: “Ahora Marín-parece una ciudad-con los dos periódicos-de la localidad-pero al Eco Marinenses-no hay quien meta mano-porque es muy leído-de todo parroquiano”. Tal como dice José Torres en su libro sobre la “Historia de Marín”.

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