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Prothero ya tiene su condena

Douglas Prothero, en un acto en Vigo en 2019.

Douglas Prothero, en un acto en Vigo en 2019. / Alba Villar

La distancia entre lo jurídico y el sentido común es con frecuencia abismal, como dos mundos paralelos, hasta tal punto que a los ciudadanos les cuesta cada día más entender cómo aquello que parece tan evidente, los actores jurídicos lo perciben de un modo radicalmente diferente. Ya se sabe que todo lo que es reprobable no siempre es considerado delito, pero en ocasiones cuesta mucho entender esos distingos.

El último caso es el informe del administrador concursal, designado por la jueza, sobre la gestión de Douglas Prothero al frente de Barreras. Su conclusión es que el expresidente de Barreras no cometió delito alguno durante el año que dirigió el astillero privado más grande de España. Y no lo cometió porque no hubo dolo, es decir, voluntad de hacer nada ilegal o en perjuicio consciente del astillero. Un diagnóstico que ya ha sido acogido por el Ministerio Fiscal y por la jueza como bueno y, en consecuencia, exime a Prothero de cualquier responsabilidad penal... en España. Porque el ínclito gestor todavía tiene abierta una causa en la Corte de Londres por el incumplimiento de contrato con Havila. A la armadora noruega le tenía que construir dos buques que han acabado en chatarra. Eso sí, por el camino se perdieron 37 millones. A los que habría que sumar los 28 millones que le pagó la naviera Armas por un ferri, que nunca pasó de los planos, y cuyo caso se dirime en Madrid.

Más allá de que Prothero –que aterrizó en Vigo con la aureola de ser el prohombre de la supuestamente prestigiosa Ritz-Carlton– se vaya de rositas desde el punto de vista judicial, la realidad, la que de verdad importa, es que su legado como gestor de Barreras es un rosario de negligencias y falsedades. Una huida hacia adelante en la que intentó engañar a todos todo el tiempo. Cualquier observador interesado en su trayectoria viguesa ha podido seguir en las páginas de FARO DE VIGO las andanzas de Prothero. El periódico, particularmente con las informaciones firmadas por Lara Graña, ha venido fiscalizando con bisturí de cirujano y perseverancia de miniaturista esa gestión.

Hemos dado cuenta de sus compromisos, los que explicitó en público a través de comunicados oficiales –devenidos en burdas patrañas– y los que trasladó en reuniones casi clandestinas a las empresas auxiliares, unas de las grandes víctimas de este escándalo. Pero, paralelamente, de forma incansable porque éramos conscientes de lo que estaba en juego, también hemos informado de cada uno de los incumplimientos, que en realidad fueron casi todos.

El resultado final es de sobra conocido: Prothero y su equipo –entre ellos algún profesional vigués empeñado en defender lo indefendible y que hoy está missing se llevaron de forma vergonzante el crucero Evrima de la grada de Barreras, primero a Santander y luego a Francia, en donde se remató. Su compromiso de volver con el barco y de construir en Barreras al menos otros dos gemelos fueron dos mentiras tan grandes, o más, que los 190 metros de eslora que tiene el buque. Es más, Prothero se esfumó y no regresó jamás, y su nombre es hoy sinónimo de lo peor de una especie empresarial depredadora de ayudas públicas y de dudosíma ética profesional. En cada uno de los estruendosos tropiezos de su gestión –y fueron muchos–, este autodenominado experto en industria marítima contó con el espaldarazo de las administraciones autonómica y central. La Xunta desplegó una línea de préstamos blandos para sostener a las auxiliares y Madrid protegió al completo a la banca ante la multimillonaria operación; el erario público tardará al menos 11 años en liquidar todo el riesgo asumido con Prothero, que supera los 400 millones de euros. Dadas las características de la operación, Ritz podría dejar de operar el buque en cualquier momento, que tanto la banca como el Estado español solo tendrían un activo al que agarrarse: el propio Evrima. No se podría ir contra la cadena Ritz o el megafondo que la auspicia, Oaktree. Todo bien atado.

"La bulliciosa actividad en las gradas del astillero es un regalo para la vista, pero hace todavía más evidente la ineptitud, incompetencia y estulticia de Prothero y su cúpula directiva"

A la vista del informe del administrador concursal –“no se han apreciado signos de dolo o culpa grave en su proceder que hayan podido provocar o agravar el estado de la insolvencia”–, la mentira y las falsedades, al menos éstas, no tienen consideración de delito y, por ende, no habrá sanción penal.

Sin embargo, más allá de lo que lo digan los tribunales, Prothero se ha ganado a pulso su condena social. Su gestión debe formar parte del manual de todo lo que no se debe hacer a los mandos de una empresa. Aquellos que en su día lo avalaron, aquellos que propalaron sus bulos, aquellos que se revolvieron con las informaciones de FARO y que intentaron frenarlas, están hoy cuerpo a tierra o lamiendo sus heridas. Su aplauso –suponemos que bien remunerado– de entonces al prodigioso gestor americano es tan penoso como su silencio actual.

Como saben nuestros lectores, FARO nunca se ha callado y ha publicado todas las artimañas, ardides y engañifas de Douglas A. Prothero, ya expresidente ejecutivo de Barreras, pero vigente consejero delegado de la naviera The Ritz-Carlton Yatch Collection, una marca teóricamente vinculada al lujo pero que en nuestra tierra es sinónimo de chapuza, falta de seriedad y enredo. De la trapallada.

Porque, ¿de qué otra forma se puede calificar la construcción del crucero Evrima presupuestado en 250 millones y que acaba superando los 500? ¿Un barco en el que se le hicieron por capricho de Mr. Prothero cientos de cambios y modificaciones? ¿Un proyecto que fue dirigido por media docena de jefes diferentes –los despidos estaban a la orden del día– y en tres astilleros distintos? ¿Un proyecto del que huyeron como de la peste decenas de ingenieros?...

Por fortuna para Barreras, otra empresa, esta sí absolutamente profesional, ha salido a su rescate, aunque por el camino haya perdido su nombre. En tiempo récord, Armón ha resucitado el astillero, que ya trabaja en al menos tres proyectos y su futuro parece despejado.

Contemplar la bulliciosa actividad en las gradas del astillero es un regalo para la vista, pero hace todavía más evidente la ineptitud, incompetencia y estulticia de Prothero y su cúpula directiva. Ellos –en un remake del bienvenido Mr. Marshall que en Vigo tuvo dos versiones la mexicana de Pemex y la americana de Prothero– se comportaron con la desvergüenza de una troupe que trató a Vigo, a Galicia y al Gobierno de España como si fuesen administraciones tercermundistas, de las que se pudiesen burlar con total impunidad.

La gestión de Prothero al frente de Barreras es un escándalo mayúsculo. Así que, al margen del dictamen último de su señoría, la condena pública de este gestor indeseable está dictada desde hace tiempo.