La pesca y el arrastre

Estos días leí en la prensa que una organización ecologista está haciendo campaña para que se prohíba la pesca de arrastre alegando su alto grado de consumo de combustibles y sus altas emisiones de CO2. Me pareció un descabellado sin sentido. Si se considera que los barcos de arrastre son ineficientes, debido a un teórico alto consumo de combustibles y de emisiones de CO2, habrá que modernizarlos no prohibirlos.

Pero, a la vista de las continuadas críticas de ciertos grupos, Comisión Europea incluida, contra la pesca en general, y la pesca de arrastre en particular, lo oportuno sería reflexionar seria y tranquilamente sobre la pesca en su conjunto. Creo que la cuestión central es dilucidar si la pesca debe ser considerada como un sector estratégico para la Unión Europea o no.

En su momento, ya hace muchos años, se reflexionó profundamente sobre la agricultura. Hubo serios debates en el seno de la Unión (en aquellos momentos Mercado Común) acerca de la actitud que se debería tomar sobre ella. En aquel momento la agricultura europea era seriamente deficitaria con medios de producción obsoletos, contaminantes y teóricamente destructores de los ecosistemas terrestres y con unos costes brutales de producción. Desde un simplista análisis puramente económico era claramente más barato comprar los productos agrícolas a terceros países que producirlos en Europa.

"Si la pesca de arrastre no es lo suficientemente eficiente, habrá que conseguir que lo sea, pero no tiene sentido prohibirla"

Afortunadamente, tanto la Comisión Europea, como el Consejo de Ministros comunitarios y los jefes de Gobiernos y Estado al estudiar la situación en su conjunto llegaron a la conclusión de que la agricultura era un sector clave y estratégico para Europa. No solamente por su capacidad para producir alimentos básicos sino también por razones históricas, sociales, culturales, de fijación de la población y de ordenación del territorio, de lucha contra la erosión del suelo, por la protección de los ecosistemas terrestres, etc. Fue tal la importancia que se le dio y se le sigue dando que, actualmente, el 33,1 % del presupuesto total de la UE se dedica a la agricultura.

Pero, ¿qué pasa con la pesca? ¿Existe en la Unión Europea una consciencia de sus aportes a la sociedad como ocurre con la agricultura? En mi opinión es un sector tan estratégico como la agricultura: nos aporta alimentos básicos y, al igual que la agricultura, afianza nuestra soberanía alimenticia, produce alimentos de alto valor nutritivo y altamente saludables, es un sector histórico, socialmente imprescindible, la actividad pesquera mantiene la cultura, las tradiciones y el folclore en su área de influencia, fija la población en la franja costera, ayuda a la ordenación del territorio, ayuda en la lucha contra el cambio climático, protege los ecosistemas marinos, mantiene y sostiene una sólida estructura económica tanto en sí misma como en la restauración y hostelería que tiene en los productos pesqueros uno de sus más enraizados cimientos, etc.

Que existen circunstancias y problemas en la pesca que hay que resolver, claro que sí. Pero hay que resolver los problemas, no prohibir la actividad porque tenga problemas. Y si la pesca de arrastre no es lo suficientemente eficiente, habrá que conseguir que lo sea, pero no tiene sentido prohibirla.

¿De verdad que alguien pensaría en prohibir los tractores agrícolas argumentando que muchos de ellos están objetivamente obsoletos y tienen un altísimo consumo de combustibles fósiles y contaminan? ¡Seamos serios!

Consigamos una pesca eficiente, respetuosa y sostenible. Pero apoyemos a la pesca. No solamente porque nos resulte más o menos simpática. Apoyémosla porque es un sector estratégico para la Unión Europea.

*Instituto de Estudios Vigueses

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