El correo americano

Verdades poco rentables

Xabier Fole

Xabier Fole

Fox News tiene un problema con la verdad. Y no en el sentido que ya conocemos. Los ejecutivos del network descubrieron que su cobertura de las elecciones de 2020, en la que los reporteros de la sección de noticias declararon ganador a Joe Biden (siendo una de las primeras cadenas en concederle al candidato demócrata el estado de Arizona), provocó una alarmante fuga de espectadores, los cuales acudieron a Newsmax, una plataforma incondicionalmente trumpista, para seguir fantaseando con la ficción del fraude electoral.

Sin embargo, los presentadores de los programas de opinión (Sean Hannity, Tucker Carlson, Laura Ingraham), quienes mantienen los elevados índices de audiencia, pensaban que semejante acto de honestidad periodística acabaría dañando a la compañía y provocaría pérdidas considerables en la empresa. Ahora, gracias a la demanda por difamación que presentó Dominion Voting Systems contra Fox News (1.600 millones de dólares), sabemos que, a pesar de que algunos decidieron proporcionar cierta credibilidad a la conspiración a fin de retener televidentes, las estrellas del canal tampoco se creían las historias del presidente.

Uno sospecha que muchos de los que cultivan el antagonismo con entusiasmo en televisión, sirviéndose de bulos y conspiraciones, no consumen la mercancía que venden a su público. La información presentada en el sumario del caso (mensajes de texto que se enviaron los presentadores durante los días del escrutinio) lo confirma. A los célebres comentaristas les preocupaba el excesivo rigor que exhibían sus compañeros, los periodistas, quienes se atrevieron a sentenciar en repetidas ocasiones (incluso por cuenta propia en las redes sociales) que no existía ninguna evidencia de que las elecciones estaban amañadas.

Los textos también sugieren que todos eran muy conscientes de que lo que planteaba Trump y su equipo era sencillamente un despropósito. El propio Murdoch decía que se trataba de “locuras”. Hannity no se lo creía “ni por un segundo”. Carlson escribió que la abogada del presidente no estaba diciendo la verdad. Pero todos ellos no solo no lo manifestaron en público sino que dieron cobijo en sus programas a quienes propagaban esas mentiras. De ahí parte el argumento de Dominion. Sabían lo que estaban haciendo y por qué lo estaban haciendo. Querían darle a sus espectadores lo que estos demandaban para evitar que huyeran a su competidora.

En esos mensajes se refleja muy bien la filosofía de la cadena. Cómo tratan a (y qué piensan de) los individuos que siguen religiosamente su programación. Aunque sería un error pensar que, gracias a dichas revelaciones, se despertarán las conciencias de vendedores y consumidores. Con esta demanda el grupo de comunicación podrá perder una cuantiosa suma de dinero. Pero si se dedican a hacer periodismo, ellos (los líderes de opinión) desaparecerán. En eso sí tenían razón. Su “marca” es otra cosa distinta. El problema es que Fox News se presenta como un canal de noticias, cuando las noticias, en realidad, suponen una amenaza a su propia existencia.