DE UN PAÍS

Turismo y desazón

Luis Carlos de la Peña

Luis Carlos de la Peña

Superadas en buena medida las consecuencias de la pandemia, el turismo vuelve por sus fueros. Ni las incertidumbres económicas ni la densa sombra de la guerra en Ucrania han impedido que el flujo turístico en España y en Galicia recuperara en 2022 los niveles previos a 2020. Fitur, la gran feria del turismo celebrada en Madrid, ha sido el escaparate de presentación de estos buenos resultados y de las positivas proyecciones hacia el inmediato futuro. En nuestra comunidad el turismo representa ya el 11% del PIB, 12,6% para el conjunto de España en 2022, y un peso en el empleo que se acerca al 12%, cifras contundentes que explican la importancia económica y social del sector en Galicia.

No todo, claro, es un camino de rosas en la cuestión turística. El cierre de los mercados provocado por la pandemia mostró en aquellas comunidades con mayor dependencia de la actividad, casos de Canarias, Baleares o Andalucía, los riesgos derivados del monocultivo, hasta el punto de figurar aún en la cola de la recuperación de los niveles de PIB previos. El éxito excesivo es otro motivo de preocupación en los destinos turísticos amenazados de saturación. En Galicia empezamos a tener numerosos ejemplos de ello: As Catedrais, Santiago de Compostela, Cíes o el fenómeno vigués de las luces navideñas muestran la delgada línea que separa la sostenibilidad del recurso (un paisaje natural, el equilibrio medioambiental, urbanístico y residencial, la oferta hostelera y hotelera o la capacidad de las vías de comunicación) de su colapso y degradación.

Por Fitur han desfilado buena parte de las administraciones de la comunidad. Turismo de la Xunta, Diputaciones provinciales y alcaldes de muy numerosos ayuntamientos se han dado cita en una feria que alienta aumentar la escala del negocio turístico, utilizando para ello, en equilibrio inestable y aparente paradoja, las apelaciones a la sostenibilidad, lo natural, la experiencia individual o las emociones a través del disfrute del patrimonio enogastronómico y cultural.

El poeta Wallace Stevens escribía que “el individuo participa de la totalidad. Salvo en casos extraordinarios, nunca le añade nada”. En esta perspectiva que nos debiera proveer de humildad y prudencia, veo a Galicia como un hojaldrado frágil, lleno de sutilezas, donde solo un estado de ánimo hecho de cierta soledad, sosiego y conocimiento puede propiciar el acceso a su entraña y al auténtico disfrute. Por ello, el éxito de Fitur y el entusiasmo con que la clase política se entrega a la promoción de nuestro delicado ajuar no hace sino procurarme una profunda desazón.

Suscríbete para seguir leyendo