Falta el relato

Irene Bascoy

Irene Bascoy

Cuando hace más de un año ciertos poderes fácticos del PSdeG entendieron que con Gonzalo Caballero el partido no tenía opciones de volver a ser la alternativa al PPdeG en Galicia, costó y mucho convencer a Valentín González Formoso para que diese el paso y le disputase el puesto al diputado vigués. Es más, durante meses se negó, no terminaba de verse, y así se lo contaba a quien quisiera escucharle. El cargo no cuaja con su carácter. Sus asesores le reprenden por no atizar más al PP, pero es que el presidente de la Diputación de A Coruña y alcalde de As Pontes preferiría irse a tomar un café con ellos para ver si puede alcanzar algún acuerdo, antes que atacarles.

A Formoso le gusta vestir el traje de presidente de la Diputación y de regidor de su pueblo, pero fajarse como rival, antes de Feijóo y ahora de Rueda, no termina de ser lo suyo. Y se le nota. A finales de octubre cumplió un año como secretario xeral del PSdeG y en ese tiempo en círculos políticos y mediáticos una pregunta vuelve una ya otra vez a circular: ¿dónde está Formoso?, ¿qué está haciendo? Sobre todo cuando Alberto Núñez Feijóo dejó Galicia rumbo a Madrid y su puesto lo ocupó Alfonso Rueda. Se abría una ventana de oportunidad para horadar la mayoría absoluta del PPdeG, y ¡cómo era que el PSOE gallego no ponía toda la carne en el asador!

Es cierto que Formoso tiene tres trabajos (líder del PSdeG, alcalde y presidente de Diputación), pero fíjense en lo que va de mes (26 días), el secretario xeral solo ha protagonizado diez actos en su condición de tal, y la gran mayoría sectoriales, y fuera de la provincia de A Coruña, solo tres. Cuando resulta que es el líder político menos conocido (poco menos del 60%), frente al 82% de Alfonso Rueda y 80% de Ana Pontón.

La falta de hiperactividad como secretario xeral del PSdeG y su negativa a aclarar a estas alturas si optará a la reelección como alcalde de As Pontes (parece incomprensible que quien opte a presidir la Xunta quiera blindarse antes por si las elecciones fallan con otro cargo) empiezan a tener explicación con la reaparición en escena de José Ramón Gómez Besteiro, tras el archivo de la última causa judicial pendiente contra él. ¿Y si el plan siempre fue que el expresidente de la Diputación de Lugo fuese el candidato a la Xunta, y sólo había que esperar y confiar que la Justicia lo exonerara?

Recapitulemos. Cuando el 7 de diciembre de 2021 Formoso es proclamado secretario xeral del PSOE gallego, en primera fila aparecía José Ramón Gómez Besteiro. Era la primera vez en cinco años, tras sus imputaciones, que el político lucense aparecía en un acto público y además en lugar tan preeminente. Fue su rehabilitación por parte del PSOE gallego y se la brindaba Formoso.

Cuando ese día el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, pronunció desde la mesa del congreso el nombre de Besteiro, los delegados le brindaron un cariñoso aplauso, y el propio Formoso se puso en pie para ovacionarle, y luego desde la tribuna proclamó que era “una maravilla” verle en un acto.

Formoso y Besteiro, con José Manuel Lage, número dos del PSdeG, completando el trío, son amigos y la alianza A Coruña y Lugo precipitó la victoria de Formoso en esa contienda contra Gonzalo Caballero. Porque Besteiro renunció a la secretaría xeral del PSdeG tras las imputaciones de la jueza Pilar de Lara, pero no renunció a la influencia que ejerce sobre muchos cargos y militantes, sobre todo en la provincia de Lugo.

El pasado 1 de octubre, tampoco pasó desapercibido en ámbitos socialistas que en la XI Festa Socialista la ministra de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, estuviese flanqueada por Formoso y Besteiro. Y que dos meses después, cuando el partido recupera a Francisco Rodríguez como alcaldable en Ourense, el secretario de Organización José Manuel Lage adelantase que iba a ser “el primer acto de reparación” de los políticos socialistas que vieron truncadas sus carreras por la operación Pokemon.

El segundo acto puede ser el regreso a la primera línea de la política de Besteiro Tras el anuncio del archivo judicial, Formoso ofreció a su “amigo” de Lugo la más cálida de las bienvenidas, al proclamar que es “un activo imprescindible y estará donde quiera estar”. Ayer, Lage lo comparó con Messi y MBappé. Si Besteiro es el Messi del PSdeG, solo cabe entender que querrán a su máxima estrella para el partido más difícil: arrebatar al PPdeG la Xunta y si es con el PSdeG adelantando al BNG, mucho mejor.

Todas las fuentes consultadas por este diario dan por hecho que Besteiro, aunque guarda silencio, será el próximo cabeza de cartel del PSdeG y que será con el beneplácito y la complicidad de Formoso. Solo falta diseñar la operación. Construir el relato, decidir el cuándo y el cómo.

La elección debe ser en primarias, pero su convocatoria se complica porque hay comicios municipales en mayo y los alcaldes socialistas no quieren que la contienda autonómica les reste protagonismo o se traduzca en ruido que merme sus opciones electorales. Pero Besteiro lleva siete años callado, y tiene que salir a la palestra, y cuanto antes, mejor. En el seno del PSOE se han disparado las conjeturas. Se busca un puesto de especial relevancia y protagonismo para lanzar al expresidente de la Diputación de Lugo a la carrera presidencial. ¿Quién será el sacrificado?

Para que la operación sea un éxito, sus muñidores deben además sumar voluntades.¿O ésta será una operación solo del Norte?

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