Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Carmen Pérez Novo.

El día del amor por excelencia

Disfrutar de San Valentín

Ah, el amor, el amor... Qué tendrá el bueno del amor que en todas las culturas, a lo largo de la Historia, hombres y mujeres han luchado y luchan sin cesar para amar y ser amados. Y tanto es así que en las sociedades occidentales casi todas las personas consideran la relación de pareja un paso esencial para lograr una existencia más feliz. Sin embargo, curiosamente, y a pesar de los grandes avances tecnológicos y de que nos creemos sabedores de un sinfín de cosas, fallamos mucho en la forma de comunicarnos y, sobre todo, en los asuntos referentes a ese sentimiento tan primitivo y esencial como es el amor de pareja. Asunto complicado, sí señor, porque la ceguera de la pasión se cura en un abrir y cerrar de ojos y después...

Pero ahora voy a cambiar el chip, sencillamente porque ha sido San Valentín, el día del amor por excelencia. Por eso, durante 24 horas, solo interesa lo que tiene de placentero. De ahí, que no estaría de más, por ejemplo, preparar una romántica velada. Y, aunque esto está muy visto, especialmente ese día podíamos sublimar lo cotidiano, cuidar el detalle, buscar lo hermoso y dar rienda suelta a la imaginación. Y rodearse de sabores, texturas, olores, velas, flores, música, iluminación suave y... ¡¡¡buaff!!!!

“Fallamos mucho en la forma de comunicarnos y, sobre todo, en los asuntos referentes a ese sentimiento tan primitivo y esencial como es el amor de pareja”

decoration

Aunque esté muy visto puede llegar a ser increíble. Qué les parece si ahora, con este bello escenario, se disponen a disfrutar a tope de largos silencios, solo interrumpidos por murmullos de promesas de amor eterno, de una pasión que te quema el alma y te lanza al infinito, respirando y palpitando al unísono, saboreando la quietud que deja el placer satisfecho, soñando despiertos y deseando estar juntos hasta el final de los días. Y, lentamente, así, inmóviles, riendo, sudando y jadeando, e invadidos por una dulce serenidad hasta que un sueño reparador te lleve a ese dulce espacio, como flotando sobre una nube.

Y, al despertar, ¡oh Dios, qué maravilla! pensarán, porque están rebosantes de alegría y energía vital, para disfrutar de tantos y tantos placeres que regala la vida, y repletos de una fuerza capaz de superar cualquier adversidad que acaezca en sus vidas. ¿No les parece mágico? Divino, diría yo. Es sencilla y llanamente la felicidad y, para qué vamos a engañarnos, la aspiración de la mayoría de los humanos.

Que disfruten de este mágico día.

Compartir el artículo

stats