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Olga Alonso

Equidad, inclusión e igualdad

Andreas Schleicher , director de Educación de la OCDE, dijo : “Cómo tratamos a los estudiantes más vulnerables muestra quiénes somos como sociedad”.

Necesitamos una sociedad que tenga en cuenta que cada persona es diferente y tiene unas determinadas capacidades, ritmos y fortalezas, una sociedad que sea respetuosa con esa diversidad y ponga todos los medios para que todos y todas participemos en la totalidad de sus ámbitos como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho.

La educación es el principal pilar para garantizar el bienestar individual y colectivo, la igualdad de oportunidades, la ciudadanía democrática y la prosperidad económica.

No hay educación de calidad si hay brechas de equidad. La nueva Ley Orgánica 3/2020, la LOMLOE, refuerza como nunca la equidad, la personalización de la atención educativa y la igualdad de oportunidades. Impulsa la excelencia para que todos los alumnos desarrollen su talento al máximo, más allá de sus condicionamientos de origen. Es la primera ley educativa en incluir los derechos de la infancia y de las personas con discapacidad como principios rectores del sistema educativo

La LOMLOE supone un salto enorme hacia un modelo educativo más contemporáneo, avanzado, equitativo e inclusivo haciendo efectivo el derecho a una educación de calidad para todos y todas. Se inscribe en los objetivos de la Agenda 2030, del Espacio Educativo Europeo y respeta y asume la Declaración de Incheon, aprobada en 2015 en el Foro Mundial de Educación, que establece como piedras angulares de su estrategia la inclusión, la equidad y la calidad, centrándose en todas las situaciones de marginación, desigualdad o discriminación, ya sean en el acceso a la educación, en los procesos educativos o en los resultados de aprendizaje, haciendo hincapié en que no se puede conseguir ningún objetivo en política educativa si no es un objetivo conseguido para todas las personas.

Y es un reconocimiento de la educación inclusiva como derecho humano, un derecho para todo el alumnado: el alumnado con distintas capacidades, el alumnado inmigrante, el alumnado en desventaja por bajos recursos, el alumnado de minorías étnicas… y toda la población en general. Los resultados escolares no dependen solo del esfuerzo del alumnado, también del esfuerzo de los poderes públicos en compensar las desventajas de origen para así nivelar oportunidades, es construir una sociedad más justa a través de la educación.

Pero por supuesto un factor importante en la mejora de la equidad y la inclusión tiene que ver con la inversión de recursos que se hace, sobre todo después de una década de recortes. Un gobierno que no invierte en sus ciudadanos no merece gobernar.

Los Presupuestos Generales del Estado para el año 2021, incluyen una partida de 5.697 millones de euros para el Ministerio de Educación y Formación Profesional, lo que supone un incremento del 139% respecto a enero de 2020, un incremento presupuestario sin precedentes que convierten los compromisos en realidades.

A mí, en la educación, me puede la emoción, pero también el trabajo y el compromiso. Nos queda seguir empujando desde nuestros lugares para comprometer acciones que nos acerquen continuamente a ese futuro deseable.

*Diputada por Pontevedra

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