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Santiago Lago Peñas.

PGE-2020: Todo un reto

Los dos principales (e interconectados) retos a los que se enfrenta el Gobierno de Pedro Sánchez son la reconducción del llamado "conflicto catalán" y la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2020. Ambos son de extraordinaria dificultad. Si nos centramos en el segundo, encajar los números exige una sabia combinación de destreza, resignación e imaginación.

Destreza porque hay que convencer a Bruselas y a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal de que el objetivo del 1.8% presentado ayer por la Ministra de Hacienda es asumible y realista, teniendo en cuenta varias cosas. La primera es que el déficit en 2019 va a cerrarse en el entorno del 2.4%. Eso significa la necesidad de un recorte en el déficit de seis décimas. Segundo, un crecimiento del PIB del 1.5% conlleva un impulso de la recaudación ya modesto. Tercero, las subidas de salarios de los empleados públicos y las pensiones suponen alrededor de cuatro décimas de PIB de gasto adicional. Cuarto, todas las medidas tributarias anunciadas en el pacto de coalición no llegan siquiera para compensar ese gasto adicional en pensiones y salarios públicos. Porque no estarán vigentes hasta dentro de unos meses y hay dudas serias sobre la aplicación a corto plazo del nuevo impuesto digital, tras la marcha atrás de Francia. Quinto, los acuerdos con todos los partidos regionalistas y nacionalistas suponen gasto significativo, aunque hoy no contemos todavía con cuantificaciones precisas. Y ese mayor gasto va a tener que aparecer en el proyecto de PGE-2020.

Resignación y cohesión interna en el Gobierno para aplazar buena parte de las promesas incluidas en el acuerdo de coalición hasta que haya recursos suficientes; inevitablemente, al amparo de una reforma tributaria en profundidad, que elimine una parte sustancial de beneficios fiscales y reduzca significativamente el fraude.

Imaginación para identificar partidas de gasto en las que pueda recortar para liberar recursos; o para fundamentar subidas impositivas de mayor enjundia recaudatoria. Y a corto plazo, esto segundo creo que tendría que pasar por el IVA.

No es imposible; pero va a ser muy difícil.

*Profesor de Economía Aplicada y director de GEN (Universidad de Vigo)

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