Chuviscaba esa tarde inclemente del miércoles cuando mi amigo Sesi Pino y yo entramos en el Centro Cultural de Porriño con literaria misión: asistir a la presentación de "A sombra dos árbores", el libro ganador del II Certame de Textos Teatrais Roberto Vidal Bolaño. Ana Abad de Larriva, la autora, aún no había subido a la mesa junto al trío que le hizo el introito: la concejala de Cultura, Lourdes Moure, el director xeral de Galaxia, Francisco Castro y Raquel Castro, profe del IES Ribera do Louro. Buen rollito en el ambiente, que conformaban desde el Cronista Oficial de Vigo, Ceferino De Blas, a escritores como Manrique Fernández o Tania Alonso, dramaturgos como Carlos Labraña o Ernesto Is, , pintores como Antonio Abad, profes e historiadores como Xoan Carlos Abad o Iglesias Veiga, Mercedes Bangueses... Yo recordaba al ver a Ana aquella chica de prácticas que, parece que ayer mismo, llegó a FARO y cuyo estilo informativo me sedujo ya entonces, ahora en trance de convertirse en Doctora en Comunicación y Teoría Teatral. Maldita sea, cómo ha pasado el tiempo. Qué bien para ella.
Y luego nos fuimos a La Cueva, de cena
Acabado el acto nos fuimos por la asoportalada calle Ramón González a cenar a lo que hace cuatro siglos fue hospital de peregrinos, más tarde cárcel pública, después hospedería del camino de Santiago y, desde 1922, restaurante de cuatro generaciones de la misma familia: La Cueva,. Abierta por Adolfo Domínguez e Isabel, les siguieron Julio Rodríguez y " Veli". Allí me puso Julio Rodríguez, tercera generación, unos riquísimos huevos fritos con chorizo hace 30 años, tras entrevistar al alcalde, y huevos fritos con chorizo tomamos otra vez anteayer, 30 años después, aunque ya servidos por su hijo, Óscar Rodríguez, cuarta generación. Volveremos a por huevos, zorza y demás condumios.
