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Ilustres

Cuando Celanova quiso convertir su iglesia en catedral

La curiosa historia de este título comenzó con la alarma que en 1855 se produjo en la ciudad cuando la torre de la catedral daba evidentes pruebas de poder desplomarse, preocupando a los vecinos inmediatos que temían ver arruinadas sus casas y comprometidas sus vidas. Las autoridades civiles se hicieron eco de esta alarma y pidieron al obispo y al cabildo que tomará medidas, empezando por la inspección facultativa por medio de arquitectos solventes para tomar la decisión conveniente que iba desde el derribo, hasta encontrar otras soluciones como la que felizmente se adoptó reforzando la cimentación de la torre. Se prohibieron tocar las campanas y la alarma debió ser comidilla en el Ourense de aquel entonces, llegando también con alarmismo a todo la sociedad provincial y es aquí cuando suponiendo que, al menos, la catedral debía ser cerrada por precaución y el culto suprimido mientras durase el peligro, el Ayuntamiento de Celanova hace esta curiosa propuesta que significaba de algún modo trasladar el Obispo, el cabildo y los cultos catedralicios a Celanova utilizando el magnífico templo del qué dirán en sus escritos goza de todas las características de una gran catedral adecuada para el culto y las celebraciones solemnes capitulares.

Ofrecimiento

Es el 8 de abril de 1861 cuando se recoge en el acta del Cabildo lo siguiente: "Se leyó un oficio de nuestro muy digno prelado fechado hoy que a la letra dice así: Ilustrísimo señor en el día de ayer he recibido la adjunta comunicación del ayuntamiento y párroco de Celanova, la que, con el documento que la acompaña, tengo el honor de dirigir a V.I. esperando que, después de enterado de su contenido, se sirva devolvérmela con su ilustrado dictamen. Yo creo que se está en el caso de dar al Ayuntamiento como es muy justo, las debidas graciaspor su fina y religiosa atención, y manifestarle al mismo tiempo, que felizmente no estamos por hoy en el caso que se temía, puesto que nuestra Santa Iglesia no se ha cerrado, y confiados en la debida protección, esperamos que no llegará este caso. Se acordó que el martes nueve del corriente haya cabildo con cédula para tratar este asunto".

Y en el Cabildo del día siguiente se trató el asunto y se copia en primer lugar el curioso escrito celanovés que dice así: "Ilustrísimo señor Obispo de Orense. El Ayuntamiento y cura párroco de la villa de Celanova, con el respeto y veneración que siempre ha profesado a sus prelados, acudió presuroso y reverente a exponer a V.S.I los sentimientos que su religiosidad le inspira con motivo del estado del inminente ruina en que se ha declarado la torre de esa Santa Iglesia Catedral y medidas de precaución y seguridad públicas acordadas por esa municipalidad, especialmente la de prohibir el uso de campanas en esta Santa Iglesiay cerrarla completamente para el culto para evitar lamentables desgracias, que un repentino desplome pudiera ocasionar. Esta noticia I. Sr, que por diferentes conductos ha llegado a conocimiento de los que suscriben, no pudo menos de contristarlos, porque prevén sus consecuencias. Por de pronto aquel gravísimo acuerdo de ese ayuntamiento en las difíciles circunstancias que rodean al gobierno de S-M.M. amenaza a esta capital de quedar privada por largo e indeterminado tiempo del mejor templo que posee y quizá del único que en esa ciudad pudiera servir para celebrar los divinos oficios el Ilustrísimo y digno Cabildo con la pompa religiosa y esplendor que se requiere para elevar nuestros corazones al Todopoderoso. Efectivamente, Ilustrísimo señor la pequeñez y exiguas proporciones de los demás templos de esa capital harían un ridículo contraste con las majestuosas ceremonias y brillante aparato del culto catedral, y en vez de excitar el fervor y piedad de los fieles, amortiguaría sus religiosos sentimientos porque es indudable que la suntuosidad del templo contribuye poderosamente a la magnificencia y esplendor del culto, y ésta a la adoración y fervor de los fieles, sin lo cual no puede haber religión y moral. Estas tristísima reflexiones, I. Sr. no puede menosde afligir el piadoso corazón de vuestra Señoría Ilustrísima, el de ese Ilustrísimo Cabildo y el de todos los fieles que abrigan sentimientos cristianos, y estas mismas reflexiones han preocupado de tal modo a los que suscriben, que por un movimiento involuntario no pudieron menos de fijar la vista en este bellísimo y suntuoso templo que afortunadamente poseen, en esta preciosa y admirablejoya, honra de la escultura y arquitectura, por cuya conservación velan solícitos, auxiliados de la magnificencia de V.S.I.. Si, Ilustrísimo señor, la suntuosidad y hermosura de este templo, sus colosales y admirables proporciones su coro alto y bajo, su espacioso presbiterio, su precioso y bien conservado órgano, sus inapreciables efigies, todo I. Sr. todo es grandioso y muy digno de reemplazar a esa Santa Iglesia Catedral; y los gloriosos cuerpos de San Torcuato y San Rosendo y otras muchas y preciosa reliquias, quecon tanta gloria y satisfacción veneramos en este magnífico templo, bien merecen el esplendor del culto y la cadencia armoniosa de los sagrados cánticos que en alabanza del Señor resuenan en las basílicas de nuestra piadosa España. Por otra parte este bello, grande y bien conservado exconvento de benedictinos contiguo a la misma Iglesia, prestaría en caso necesario, cómoda habitación a V.S.I y a su digno cabildo y el Ayuntamiento se honraría con destinarlo a tan piadoso y laudable objeto y en la expansión de estos sentimientos y manifestación de sus laudables deseos, acordó en sesión de ayer por unanimidad elevar al superior conocimiento de V.S. Ilustrísima su pensamiento y la indicación que expresa el adjunto testimonio que de aquella acta tiene el honor de acompañar a esta exposición. Rogandoreverentemente a V.S.I se digne disponer la traslación de ese Ilustrísimo Cabildo a este grandioso templo, mientras que esa Santa Iglesia catedral continué inutilizada para el culto divino. Así lo esperan de la piadosa bondad de vuestra S.I y de su esmerado celo por el culto del Señor y aún del afecto que tiene la amabilidad de dispensar a esta villay en ello tendrá una satisfacción indecible, pidiendo al Todopoderoso conserve dilatados añosla preciosa vida de tan dignísimo prelado para bien de la Iglesia y de sus fieles. Celanova abril cuatro de 1860. Ilustrísimo señor. José Benito Reza, Rosendo Burdeos, Benito Becerra, Francisco Velo, Florencio María Mármol, Andrés Basalo, Inocente Saavedra, Ignacio Vicente Fernández, José Estévez, José Gómez, Ramón Prieto, Ramón Feijoo, Antonio Miguez, Pedro Román. Don José Benito Lezón, vicesecretario del Ayuntamiento de la villa de Celanova del que es presidente su señoría el señor don José Benito Rezacaballero el comendador de la real y distinguida orden Americana de Isabel la Católica, del Consejo de S.M., secretario honorario de su real persona etcétera. Certifico que por los señores de que el mismose compone se acordó entre otras cosas lo que a la letra dice: acuerdo tomado por el ayuntamiento de Celanova en sesión ordinaria de 3 de abril de 1861. Reunida la corporación asociada del cura párrocode esta villa, bajo la presidencia de su señoría el señor alcalde, se manifestó por este que según es público y notorio se ha declarado inminentemente ruinosa la torre de la catedral de Orense por los arquitectos de esta provincia y el de Pontevedra en el reconocimiento que acaban de practicar por disposición del señor Gobernador Civil a virtud de reales órdenes. En cuya consecuencia aquella municipalidad en uso de sus atribuciones administrativas parece que tuvo por conveniente disponer entre otras medidas preventivas de precaución y seguridad pública e individual prohibir el toque de campanas en la propia torre, que se cierre la Iglesia para servicio del culto y se intercepte toda comunicación con la parte del templo y que pueda haber peligro. Y constando también de público a esta corporación los hechos relacionados acordó por unanimidad en unión del cura párroco se dirija una reverente súplica al Ilustrísimo señor Obispo para que durante el tiempo que la Santa Iglesia Catedral se halle inutilizada para el culto a virtud de las medidas que aquel ayuntamiento ha creído conveniente tomar en virtud del Estado inminente ruinoso de la torre se digne disponer la traslación del Ilustrísimo Cabildocon todas sus dependencias a esta villa para servirsedelgrandioso templo que posee y tan digno esa sus ojos del magnífico y esplendoroso culto de una catedral, acompañando aquella testimonio de este acuerdo. Así resulta de su original cimiento de lo mandado y don presente que firmo el sello con el que usa la corporación, visado por su señoría en Celanova a 5 de abril de 1861. José Benito Lezón. Visto bueno José Benito Reza. sello del ayuntamiento.

El cabildo rebosando en sentimientos de la mayor satisfacción y gratitud al ver la más acentuada y religiosa piedad de la corporación municipal de Celanova y su ardiente celo porque en todo evento se celebre por esta corporación bajo la presidencia de su dignísimo Prelado el culto debido al verdadero Dios, según prescribe nuestra católica religión, con la mayor solemnidad posible, acordó contestar a su señoría Ilustrísima manifestándole hallarse en el imperioso deber de tributar por su conducto las más expresivas gracias al ayuntamiento y párroco de dicha Villa de Celanova por la generosa invitación que hacen del magnífico templo y monasterio que poseen así como por las consideraciones de piedad y religión en que la fundan, aunque por la divina misericordia se persuade no llegará el caso de cerrarse esta Santa Iglesia; quedando eternamente reconocida esta corporación a tan espontáneo y oportuno rasgo de desprendimiento; a cuyo efecto acordó también por unanimidad se archive copia de dicha carta disposición para que en todo tiempo, conservándose la memoria de esta generosidad al cabildo haga mención especial en sus oraciones al Todopoderoso por la prosperidad del pueblo y ayuntamiento de Celanova, y se lo ofrece desde ahora. Nada más se trató en este cabildo que firma el señor Presidente y yo secretario certifico.

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